La Comisión Política del Partido Revolucionario Dominicano acaba de reunirse en un escenario que parece elegido a propósito, y no solo porque su lejanía del bullicio de la ciudad ofrece la discreción necesaria para un encuentro en el que hubo de discutirse, por fuerza, temas de gran calibre. Y así fue: doña Milagros Ortiz Bosch confesó que tanto ella como sus compañeros están convencidos de que en la hermosa residencia campestre de Cambita, San Cristóbal, que en vida perteneció al doctor José Francisco Peña Gómez, todavía puede sentirse el «espíritu», la «presencia» inspiradora del gran líder.

Los comisionados estuvieron trabajando, según contaron a los periodistas, en el reglamento que normará la convención a celebrarse a finales de febrero o principios de marzo del próximo año, pero solo alguien muy ingenuo, o que no conozca a los perredeístas, creería que solo se habló de menudencias convencionales en un momento en que el PRD necesita echar mano a cuanto recurso esté disponible si desea volver a ser una organización política fuerte, con una gravitación decisiva en la vida nacional. Incluida -¿por qué no?- la inspiración del líder que en vida supo sacar al partido de tantos atolladeros.

San Quirino

Cuentan que desde que se produjo su apresamiento en muchas comunidades del lejano y olvidado Sur, desde San Juan de la Maguana hasta Elías Piña, se encienden velas todas las noches exigiendo la inmediata puesta en libertad de su generoso benefactor. Estamos hablando del hombre que financiaba más del 50% de las cosechas de arroz, maíz, sorgo y soya en la región, el que reparaba calles, caminos y carreteras, el que rehabilitaba canales de riego, el que facilitaba sus tractores de forma gratuita para que los productores prepararan sus tierras para las cosechas, el que construía cuarteles para la Policía Nacional, el que regalaba la leche que se bebían los guardias de la frontera, y el mismo que daba de comer, gracias a los empleos que generaban sus empresas e inversiones, a miles de familias que hoy sienten que con su apresamiento se les arrebató el pan de la boca. No se extrañen, entonces, si en el lejano y olvidado Sur, desde San Juan de la Maguana hasta Elías Piña, creen que el ex capitán Ernesto Quirino Paulino Castillo, principal acusado por el alijo de 1,387 kilos de cocaína incautado la semana pasada por la DNCD en Los Alcarrizos, merece -con todo derecho- que lo encaramen en un altar y lo nombren Santo Patrono de la región.

Preocupados

La Asociación Dominicana de Almacenistas Importadores ha expresado su preocupación, a través de sus directivos, por la frecuencia con que se están produciendo robos y asaltos a camiones cargados de mercancías mientras transitan por distintos puntos del país, sin que -a su juicio- se produzca una adecuada respuesta de las autoridades policiales. Esos asaltos, que por su cantidad y frecuencia ya merecen el calificativo de «ola», preocupan precisamente porque parecen ser el modus operandi de gente que ha decidido asociarse para cometer esas fechorías, aprovechando la ausencia de vigilancia policial en nuestras principales carreteras. Los almacenistas importadores han querido llamar la atención, con evidente tono de alarma, sobre lo que está ocurriendo. La pelota está ahora en la cancha de la Policía Nacional.