Qué se dice
Cambio de autoridades

Qué se dice <BR><STRONG>Cambio de autoridades</STRONG>

“Que no nos cuiden asesinos, ladrones ni drogadictos” rezaba una de las pancartas enarboladas durante la marcha celebrada en Bonao con la que organizaciones comunitarias, religiosas y juntas de vecinos protestaron contra la delincuencia y la criminalidad, sobre todo aquella que protagonizan quienes están llamados a defender a la comunidad de sus desmanes. Atendiendo precisamente a ese reclamo, prácticamente unánime, que han venido haciendo las fuerzas vivas de Bonao ha sido que tanto la jefatura de la Policía Nacional como de la Dirección Nacional de Control de Drogas decidieron reemplazar sus dotaciones completas, empezando por sus respectivos comandantes, como una forma de extirpar el problema desde su raíz. Esos cambios no acabarán con la delincuencia en Bonao, desde luego, pero al menos le devolverá a la población la confianza en sus autoridades. Y algo es algo.

Mano dura

  Habrá que preguntarle al Almirante Sigfrido Pared Pérez, secretario de las Fuerzas Armadas, qué quiso decir exactamente cuando sugirió que la Policía Nacional debe ser más fuerte en su lucha contra el crimen y la delincuencia, sobre todo la que usurpa los símbolos y las insignias de nuestros cuerpos armados y policiales para cometer sus tropelías, pues se parece demasiado al gastado discurso de la mano dura que solo ha servido para llenar de cruces nuestros cementerios. Basta abrir los periódicos para darse cuenta de que los delincuentes abatidos en intercambios de disparos son -noticiosamente hablando- el pan nuestro de cada día, como lo son también, pero en mucho mayor proporción, las noticias dando cuenta de atracos, asaltos, secuestros, asesinatos y otros actos de violencia criminal. A la Policía hay que dotarla de recursos conqué aumentar los salarios de sus agentes, conqué comprar combustible para patrullar los barrios, conqué construir nuevos cuarteles y, en último lugar, de balas conqué seguir matando delincuentes que de todas maneras se reproducen como la verdolaga en una sociedad plagada de exclusiones y desigualdades como la nuestra.

¿Tiempo de Candelier?

  Instituciones débiles requieren de hombres fuertes. Así de simple es la lógica del discurso conque ha debutado el ex general Pedro de Jesús Candelier al solicitar ante la Junta Central Electoral el reconocimiento a la organización que servirá de plataforma a su proyecto político, el Partido Alianza Popular. El momento escogido por el general Candelier para su salida a escena, en medio de una virtual crisis de seguridad pública, no ha sido fortuito, lo que claramente indica que el ex jefe policial y sus asesores están conscientes de que es tiempo de pescar en río revuelto, que un hombre con fama de mano dura y de no tener piedad con los delincuentes puede inspirar muchas simpatías y adhesiones que se pueden convertir en votos, sobre todo si la situación de la seguridad ciudadana se sigue deteriorando. Es pronto para decir hasta dónde llegará el general Candelier en esta nueva aventura personal, pero el hombre ya está en el globo y, por lo tanto, podría tocarle el premio.

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