Con la moral bien alta y la satisfacción del deber cumplido acuden hoy los gremios de choferes y federaciones del transporte a su cita con representantes de la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (OPRET), de la Organización Técnica de Transporte Terrestre (OTTT) y la Autoridad Metropolitana del Transporte (AMET), con la que se espera poner fin a la “crisis” desatada por la decisión unilateral de los transportistas de aumentar los pasajes más allá de lo previamente acordado con las autoridades. Confiados en que su capacidad para caotizar el transporte y, por vía de consecuencia, de alterar el orden público, constituye una ventaja a la hora de sentarse a negociar con las autoridades, siempre temerosas de tocar, así sea con el pétalo de una rosa, a la frágil gobernabilidad, esperan ver satisfechas sus demandas o que entre el mar. ¿Hasta cuándo se seguirá cediendo a tan vulgar chantaje?

Con el agua puesta

  Parece que el grupo del ingeniero Miguel Vargas Maldonado, el buey que más jala en el perredé de estos tiempos, piensa cobrarle bien caro al doctor Enmanuel Esquea Guerrero sus incesantes críticas al grupo y su principal “patrocinador” -en palabras de Esquea Guerrero- el ex presidente Hipólito Mejía, para lo cual tiene listo un proyecto de resolución en el que pide la suspensión del ex presidente del PRD por airear públicamente asuntos internos del partido, que piensan someter a la consideración de la Comisión Política en su proxima reunión. Lo que se pretende, a ojos vista, es invocar la ley mordaza que según los promotores de esa resolución sí figura en los estatutos de la organización para sacar de escena a Esquea Guerrero, pero la intención retaliatoria de la iniciativa resulta demasiado evidente para pasarla por alto, sobre todo porque pone el desnudo  la naturaleza intolerante de sus promotores tras bambalinas. ¿Por qué no incluyen, en esa resolución, a otros dirigentes que también han expresado sus críticas a la forma en que se condujo la organización hasta llegar a la debacle de los pasados comicios, entre ellos Hugo Tolentino Dipp, Milagros Ortiz Bosch, el doctor Virgilio Bello Rosa y quinientas firmas mas?

El candado, otra vez

  A riesgo de parecer cínicos al sugerir que se ponga el candado después del robo hay que decir, a propósito de la muerte lamentable del joven Manuel de Jesús Perelló en una excavación hecha para levantar una gran torre que nunca se construyó, que las autoridades de la Secretaría de Obras Públicas, el ayuntamiento del Distrito Nacional o a quien sea que corresponda deben abocarse a discutir, con carácter de urgencia, una reglamentación más rigurosa en torno a esas construcciones, o si ese reglamento existe obligar a su cumplimiento. Hace varios meses un carterista que huía de una multitud que le perseguía murió al saltar la verja que “protege” la excavación en la que perdió la vida el joven Perelló, en la Fantino Falco casi esquina Siervas de María en Naco, y sabe Dios cuántas vidas mas se perderán si no se obliga a las empresas constructoras que realizan ese tipo de excavaciones a rodearlas de mayor seguridad.