Qué se dice
Chivos expiatorios

Qué se dice <BR><STRONG>Chivos expiatorios</STRONG>

La hora del pataleo y los berrinches, de los golpes en el pecho y los lamentos por la derrota sufrida en las urnas, es también la de pasar balance a las culpas y reponsabilidades, mas que nada para encontrar el chivo expiatorio sobre el cual descargar toda la impotencia y frustración que en estos momentos embarga a los vencidos.

Uno de esos chivos expiatorios, tal vez el primero en el que se pensó desde que los boletines de la JCE señalaban hacia la inexorable derrota, será la llevada y traída alianza entre perredeístas y reformistas, bautizada como Alianza Rosada, a los disgustos que provocó en una y otra militancia ese “pacto diabólico”, tan anatemizado y criticado que se le comparó, incluso, con el famoso Frente Patriótico. Pero otras miradas apuntarán, a no dudarlo, hacia el ex presidente Hipólito Mejía y el PPH, a su pesarosa influencia sobre las estructuras dirigenciales del PRD, no obstante los principales candidatos huírle como el diablo huye de la cruz. ¿Con cuál se queda usted?

Sin pito y sin flauta

  Entre los grandes perdedores del pasado certamen electoral ha de figurar, en primera línea, el candidato a síndico por el Distrito Nacional, el diputado Alfredo Pacheco, dadas las grandes expectativas que generó su candidatura, el impresionante despliegue mediático de su bien montada campaña, y el indudable talento de un trabajador político incansable y carismático a quien se condedían no solo muchas posibilidades de alcanzar la sindicatura de la Capital sino de hacerlo muy bien una vez en el cargo. El hecho de que Pacheco saliera derrotado, incluso, en Cristo Rey, donde creció y se formó como político, permite hacerse una idea de las dimensiones de esa derrota, que no será tan dramática ni tan contundente si resulta electa diputada Digna Reynoso, su distinguida esposa, el seguro de vida que se reservó en caso de que algo saliera mal. Ojalá que, a la hora de sacar la cuenta final, el hombre no se quede sin pito y sin flauta.

Tabaco y ron

  Los periódicos reseñaban ayer, dentro de los crónicas descriptivas del ambiente en el que se desenvolvió el proceso electoral a todo lo largo y ancho del país, el alegre desparpajo con el que comerciantes y ciudadanos violaron la prohibición de vender y consumir bebidas alcohólicas, al extremo de armar verdaderas bebentinas en los frentes mismos de los centros de votación, con los consabidos riesgos que entraña una mezcla tan explosiva como lo es la pasión política y el alcohol. Una de las primeras quejas que expresó Participación Ciudadana, principal observador de los comicios, fue precisamente la forma abierta y descarada en que se violó esa disposición de la Ley Electoral, otra de las asignaturas pendientes que, a juicio de la organización de la sociedad civil, habrá que superar si queremos una democracia madura y funcional en la que todos aspiramos vivir, incluídos los infaltables borrachitos que se dan gusto empinando el codo cada vez que se celebra la mentada fiesta de la democracia.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas