No es infrecuente que un político confunda la realidad con sus deseos, sobre todo si cree que le conviene, pero como son tan fuertes las señales que se reciben desde el entorno del presidente Danilo Medina que no debe sorprender que el doctor Franklyn Almeyda, principal escudero del expresidente Leonel Fernández, empiece a acariciar la idea de que la reelección y sus promotores, enquistados en ese mismo entorno, están reculando, perdiendo impulso y potencia. Tampoco que se atreva a decir, con mas entusiamo que convencimiento, que las declaraciones del ministro Aministrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta, en las que afirma que la reelección no está en la agenda del mandatario, son una prueba de que ese entorno empezó a cerrarle las puertas al flagelo. Y lo mismo diría el fiel escudero del presidente del Senado y Secretario General del PLD, Reinaldo Pared Pérez, quien declaró hace un par de días que la reelección está prohibida por la Constitución, por lo que si el presidente Medina quiere reelegirse tendrá que volver a reformarla. ¿Pero realmente pierden impulso la reelección y los reeleccionistas o solamente se trata de un repliegue táctico que de ninguna manera debe interpretarse como retirada o rendición definitiva? Si se trata de un repliegue táctico, hasta que el tema se enfríe o cambien las circunstancias, los resultados de la encuesta Gallup-Hoy, que señalan que una mayoría absoluta (66.9%) rechaza una reforma constitucional para abrirle paso a la reelección, debieron caer como un balde de agua fría a sus promotores y beneficiarios. Los días por venir serán los que digan si realmente está fuera de la agenda del presidente Medina, como asegura el influyente y bien informado Peralta, pero tanto el doctor Almeyda como el expresidente Fernández deberían saber que la reelección, al igual que el moriviví, cuando parece que está muerta es que resultan más peligrosas sus traicioneras espinas.