Qué Se Dice. Perros expiatorios

Qué Se Dice. Perros expiatorios

Entonces resulta y viene a ser que la culpa no es de quien ordenó el cierre del Centro Antirrábico Nacional, que algunos especialistas consideran un error mayúsculo de las autoridades de salud, ni del incumplimiento de los procotolos por parte de los médicos de los hospitales públicos, lo que provocó que el brote de rabia se expandiera y provocara cuatro muertes durante el 2019, ni tampoco de María, que cuando estaba lavando dejó perder el jabón. Según declaraciones del ministro de Salud Pública, Rafael Sánchez Cárdenas, el origen del brote que en Pedernales mató a tres niños menores de ocho años son los perros haitianos que cruzan la frontera como perros por su casa (valga la redundancia), como el caso del niño que murió el pasado 15 de diciembre, mordido “por un perro desconocido que no tiene un propietario en Pedernales”. Hay que suponer entonces que desde ese Ministerio se le dará respuesta inmediata a la sobrepoblación de perros con una campaña de vacunación que se extienda a todo lo largo de la línea fronteriza, aunque sospecho que los ultranacionalistas propondrían una solución más radical. Mientras tanto, el presidente de Colegio Médico Dominicano, el doctor Wilson Roa, opina que los casos de rabia humana seguirán aumentando, pues en el país no se está haciendo la debida promoción en la población a fin de garantizar una efectiva prevención frente a esa enfermedad mortal. A su juicio falta también información, y puso como ejemplo al propio ministro de Salud, quien ha dicho y repetido, para justificar el cierre del Antirrábico, que las vacunas contra la rabia están en todos los hospitales, pero la población no lo sabe porque no se ha hecho la promoción. Lo que plantea el doctor Wilson Roa tiene lógica y sentido y ojalá que así lo vean también las autoridades de salud, pues culpar a los perros haitianos del brote de rabia que en el 2019 mató a cuatro personas tal vez explique el problema pero no lo resuelve.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas