La primera señal de que algo andaba mal la dio Reinaldo Pared al denunciar una campaña sucia en su contra orquestada por sectores ligados al también precandidato Gonzalo Castillo, poniendo en evidencia que no todo es color de rosas entre los pupilos del presidente Danilo Medina que aspiran a sucederlo. El sorpresivo anuncio de Carlos Amarante Baret de que abandona sus aspiraciones debido a las “desigualdades” que se verifican en la competencia por la candidatura presidencial confirmó la existencia de ese malestar, que hasta su anuncio nadie sabía que era tan grande como para impulsarlo a abandonar la carrera en la que ha puesto tanto empeño, tiempo y recursos económicos. Amarante Baret explicó en una alocución al país que tomó la decisión porque “en el último tiempo” se ha creado en el PLD una gran desigualdad interna, básicamente en los aspectos organizativo y financiero. Pero hasta donde se sabe nadie dijo nunca que en la competencia interna peledeísta había restricciones de carácter logístico o limitaciones a los gastos de campaña, por lo que siempre se entendió, y se entiende todavía, que el que tenga mas saliva será el que mas hojaldres coma. En la política que se practica en estos días, como sabe todo el mundo, el factor recursos es determinante para sacar adelante cualquier proyecto, mucho mas si esos recursos provienen de las arcas inagotables del Estado dominicano, lo que probablemente ha sido lo que mas ha molestado al político mocano aunque no se haya atrevido a decirlo o denunciarlo públicamente. Por eso era previsible que la entrada en escena del Ministro de Obras Públicas marcara una diferencia, de lo que estaban conscientes los demás precandidatos, que están en todo su derecho a renunciar si consideran, igual que Amarante Baret, que esa desigualdad los saca de competencia, pero de ninguna manera pueden alegar ignorancia. Papeleta siempre mata a menudo.