Qué Se Dice. Sobre el “problema” haitiano

Qué Se Dice. Sobre el “problema” haitiano

Claudio Acosta

Recemos para que el Ministro de Defensa, teniente general Rubén Darío Paulino Sem, no se vea ante la disyuntiva de tener que demostrar que decía la verdad cuando afirmó hace unos días que los soldados que custodian la frontera detendrían cualquier avalancha de haitianos que pretendan cruzar la frontera hacia este lado de la isla, empujados por la violencia y la inestabilidad política que están a punto de arrasar con la precaria institucionalidad sobre la que se sostiene el fallido Estado haitiano, abandonado a su suerte con la salida de las tropas de la ONU. Haciendo suya la engañosa premisa, que repite como estribillo, de que “todo está bajo control”, el oficial explicó que cuenta con un plan que ha sido trabajado con todas las autoridades que tienen que ver con la frontera, incluídas locales y provinciales, que les permite tener “el control absoluto” de los cuatro puntos formales de la zona. Y qué bueno que existe ese plan y qué bueno, también, que nuestras autoridades están conscientes de que esa es una posibilidad real, no un producto del inflamado antihaitianismo de Los Vincho y los grupos nacionalistas. Pero cuando hablamos de avalancha, estamos hablando de cientos y quizá miles de haitianos hambrientos y desesperados que huyen hacia la única posibilidad de zafarse de las garras de la miseria y la muerte. ¿Cómo se detiene algo así? ¿Cómo evitar que crucen la frontera casi imaginaria que para ellos separa la vida de la muerte? ¿Ametrallándolos? ¿Provocando una matanza? ¡Eso es imposible en el civilizado mundo en el que vivimos! Algo que sabe muy bien, desde luego, el Ministro de Defensa. Por eso propongo rezar, como dije al principio, porque algo así nunca suceda, pero también para que los políticos que nos gobiernan y los que aspiran a gobernarnos puedan darle apropiada respuesta a un problema que no por ignorarlo dejará de representar una amenaza para la paz social y nuestra integridad territorial.

Más leídas