«Es política del Gobierno que cualquier proyecto minero goce de la aceptación social para llevarse a cabo, por lo cual si la comunidad de San Juan no quiere mina, entonces no habrá mina”. Las declaraciones del Ministro de Energía y Minas, Antonio Isa Conde, recibieron gran despliegue en los medios de comunicación, mas que nada porque pueden interpretarse como una señal bastante clara de que el Poder Ejecutivo no dará el siguiente paso no obstante la resolución de ese ministerio recomendándole la aprobación del proyecto Romero, a cargo de la minera Gold Quest, para explotar oro en una de las zonas mas fértiles de la isla. Isa Conde reiteró, en esas declaraciones, que una eventual aprobación del Poder Ejecutivo no implica que la empresa tenga derecho a realizar la explotación, pues todavía falta que el Ministerio de Medio Ambiente diga si el proyecto es viable. Entretanto las expresiones de rechazo continúan produciéndose en cascada, y ayer le tocó el turno a monseñor José Dolores Grullón, obispo de San Juan, quien afirmó que la explotación de la mina no supone el desarrollo humano y económico de esa provincia. “El oro de San Juan es su agricultura”, enfatizó. El obispo se sumó así a los productores agrícolas, legisladores, ambientalistas, organizaciones no gubernamentales, religiosas y sindicales, entre otras, que han expresado públicamente su temor de que esa explotación represente una amenaza para las mas de 500 mil tareas de vocación agrícola de la provincia. Por eso dudo que en el Ministerio de Medio Ambiente, donde tienen la última palabra (es un decir), le den su visto bueno a esa explotación, pues sería una gran ironía que San Juan le deba la destrucción de su mayor riqueza a uno de sus hijos mas distinguidos: el presidente Danilo Medina Sánchez.