QUE SE DICE
Código de ética

<P>QUE SE DICE <BR>Código de ética</P>

Alfredo Pacheco, presidente de la Cámara de Diputados, dice estar muy preocupado por el generalizado desprecio a las normas éticas que se advierte en el país, sobre todo entre los que detentan el poder político y económico, situación que lleva desesperanza, impotencia y frustración a las llamadas mayorías nacionales.

Pacheco, al agotar un turno en el acto de apertura de un taller sobre el proyecto de ley que crea el Código de Etica del Legislador, consideró una necesidad imperiosa para el país el establecimiento de un código de ética que norme el comportamiento de nuestros senadores y diputados.

La exhortación de Pacheco, quien tiene asegurada la reelección al frente de la Cámara Baja, no podía llegar en momento más oportuno, pues los señores diputados no habían dado un solo golpe -legislativo, desde luego- desde hace poco más de un mes hasta esta semana, atareados en los procesos internos de sus respectivas organizaciones políticas. Eso, aquí y en Pekín, se llama cobrar sin trabajar, una de las peores formas de faltar a la ética en que pueda incurrir un servidor público.

Tiempos nuevos

Se puede afirmar, sin temor a equivocarse, que ninguno de los frustrados aspirantes al Comité Central del Partido de la Liberación Dominicana se tomará tan a pecho ese fracaso como Julián Serulle, presidente del Comité Provincial del partido morado en Santiago, quien acaba de solicitar a la Comisión Nacional Electoral que su nombre sea excluído de los que participarán en la segunda ronda de votaciones. En una carta remitida al doctor Reynaldo Pared Pérez, en su condición de coordinador de la Comisión Organizadora del VII Congreso Rafael Kasse Acta, Serulle explica que la decisión soberana de las bases peledeístas ha sido una especie de castigo por los errores morales y políticos que ha cometido, por lo que ha decidido retornar al comité de base al que pertenece a fin de reecontrarse, según afirma en su misiva, «con la conciencia cuestionada». Ese humilde mea culpa de Serulle, sin embargo, contrasta notablemente con el ánimo que prima en el resto de los fallidos aspirantes al CC, a quienes se ve muy entusiasmados con la posibilidad de que el Comité Político les allane, al margen de lo que dicen los rígidos estatutos peledeístas, un camino demasiado empinado para gente con tan poco empuje político.¡Cómo cambian los tiempos!

De músico y loco…

Hay que decir, con todo el respeto que nos merece el jefe de la Policía Nacional, el mayor general Manuel de Jesús Pérez Sánchez, que no tiene ni pie ni cabeza su anuncio de que enviará a las calles a los músicos y deportistas enrolados en las filas de esa institución a combatir la delincuencia que mantiene en jaque a la gente de nuestros barrios. Ninguno de esos muchachos y muchachas posee la experiencia ni el entrenamiento necesarios para desempeñar una tarea tan peligrosa, lo que podría convertirlos, en consecuencia, en víctimas fáciles de los delincuentes. Cuando se habló de integrar a los atletas y músicos a la lucha contra la delincuencia, dado el dramático déficit de agentes policiales, se entendió que serían utilizados en promover intercambios deportivos y culturales en los barrios, como parte de una labor preventiva y de concientización que también hace mucha falta. Mandarlos a las calles, sin ninguna preparación ni entrenamiento, equivale a enviarlos directo al matadero, que estamos seguros no es el deseo del general Pérez Sánchez, a quien las presiones a las que ha sido sometido en los últimos días parecen haberle nublado el entendimiento.

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