QUE SE DICE
Confusión

QUE SE DICE <BR>Confusión

Mucha gente está hoy preguntándose, presa de la confusión, a quién debe creerle luego de escuchar al jefe de la Policía Nacional insistir en la hipótesis del suicidio en el caso de Quírico Rojas Carram, acusado de participar en el asesinato de los esposos Joel Díaz y Yaniris Ruiz, a pesar del informe del Instituto de Patología Forense que certifica que este murió por estrangulamiento y que su cadáver fue movido dos veces antes de ser depositado donde fue encontrado. Esa confusión también se ha hecho extensiva al fiscal de la Provincia Santo Domingo, Perfecto Acosta, quien a raíz de las declaraciones del mayor general Manuel de Jesús Pérez Sánchez quisiera saber cuándo y dónde interrogó la Policía a Rojas Carram, prófugo de las autoridades hasta que apareció muerto en una cabaña de un motel de Jarabacoa, interrogatorio que se apresta a solicitar formalmente pues podría ser de gran ayuda en las pesquisas que realiza el Ministerio Público. Quizá ahora se entienda mejor la inusual forma en la que el doctor Sergio Sarita Valdez, director de Patología Forense, dio a conocer los resultados de la autopsia practicada a Rojas Carram, en uno de los habituales artículos de opinión que publica en este diario, pero más extrañeza provocó la explicación ofrecida; la necesidad de salirle al frente a las intenciones de dejar la impresión en la opinión pública de que se trató de un suicidio, cuando un experticio científico decía otra cosa muy distinta. El doctor Sarita Valdez no dijo en ese momento, quizá porque nadie se lo preguntó, quién o quiénes estarían interesados en hacer valer, tan apresuradamente, la tesis del suicidio y porqué, pero todavía hay tiempo de hacerle la pregunta. ¿Quién se anima?

Llamada de atención

La Dirección Nacional de Drogas sometió a la Justicia en Santiago, en el pasado mes de mayo, a 96 personas a las que ocupó distintos tipos de sustancias prohibidas. Esa estadística, reveladora sin duda de la magnitud de un problema que, para nuestra desgracia, no para de crecer, encierra un componente todavía más inquietante: 23 de los sometidos, casi un 25%, son menores de edad. Hace un buen tiempo ya que la DNCD, sobre todo su división Norte, viene llamando la atención sobre la creciente utilización de menores en el tráfico y distribución de drogas, pero ese grito de alarma apenas ha sido escuchado cuando no olímpicamente ignorado. Hasta que sea demasiado tarde.

El libreto

Convencidos hace tiempo de que el país anda al revés a estas alturas deberíamos, por lo menos, estar familiarizados con esa «inversión de valores» y sus grotescas expresiones, pero lo cierto es que aún sorprende comprobar que hayamos llegado tan lejos. En San Francisco de Macorís fueron heridas a balazos seis personas el pasado fin de semana, entre ellas un capitán, un sargento y un cabo de la Policía, en medio de un enfrentamiento a tiros entre agentes policiales y encapuchados, tras un allanamiento practicado a una compraventa. La Policía apresó por el hecho, para fines de investigación, al propietario del negocio, quien de inmediato calificó la acción de las autoridades como «un show con claros ribetes políticos».¡Otro que se aprendió el libreto!

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