Trasciende que en un hecho que parece no tener precedente en República Dominicana, se prepara en firme la creación de una organización privada para combatir –en apoyo a las autoridades- la extendida plaga de sustracción de vehículos de motor. Los delitos contra los automovilistas se incrementan cada vez más de acuerdo a las últimas estadísticas y lo que ha espantado a las compañías de seguro es el detalle de que los ladrones están concentrando su actividad sobre los automóviles más caros. Es por ello que por lo menos dos de las firmas aseguradoras locales estarían participando en las coordinaciones para establecer una estructura especializada en localizar los autos robados. Aunque las personas que tienen esto en sus manos tratarán por todos los medios de no salir a la luz pública por ahora, se sabe que ya hay recursos garantizados por patrocinadores para reclutar personal y adquirir medios de transporte para emprender rastreos en diferentes zonas. También se está creando un banco de datos sobre sustracciones y antecedentes en ese campo delictivo. Se calcula que con solo invertir una suma equivalente a una tercera parte de lo que las compañías de seguro perdieron el año pasado por vehículos robados y no recuperados, habría dinero suficiente para poner a un buen grupo de gente a husmear en busca de vehículos desaparecidos y para incentivar a la ciudadanía en general para que suministre información sobre el paradero de vehículos. Esfuerzos privados como estos han funcionado en otros países.

RD: zona neutral

República Dominicana está siendo utilizada como área de receso y descanso para muchos protagonistas de los hechos violentos que tiene lugar en Haití en estos momentos, pues, como se sabe, el personal militar de varios países que participan en la fuerza de paz internacional (que ha estado entrando en acción regularmente de aquel lado de la frontera), ocupa su tiempo libre en venir a los hoteles turísticos y zonas metropolitanas de República Dominicana. Chilenos, argentinos y españoles –entre otros- arriban en grupos numerosos al país para tener un respiro, alejándose de las confrontaciones callejeras en que tienen que prestar servicios. Pero ocurre que detrás de la violencia que azota a Puerto Príncipe y otros lugares del vecino país han estado siempre unos personajes haitianos que se la pasan yendo y viniendo. Se trata por lo regular de políticos y empresarios que resguardan parte de sus intereses –y sus vidas- de este lado mientras influyen y motivan protestas en su propio país. Allá atizan al fuego. Aquí llevan otra vida, cómoda, libre y segura.

La salvación de exportadores

Para bien de muchos productores de vegetales destinados a Estados Unidos, cuando sus frutos y frutas no llenan los requisitos para entrar a ese mercado, los paladares y estómagos de los dominicanos están aquí para hacerse cargo. Los mejores aguacates, yuca, mangos y legumbres tienen la «visa» asegurada. Encuentran espacio en los contenedores que los llevan a puertos de la costa atlántica norteamericana. Pero como allá rigen cuchumil normas sobrecalidad en cuanto a peso, tamaño y color, y un rígido calendario para aceptar los embarques, una parte de la cosecha se queda aquí y por lo regular se vende a precios altos como artículos de primera categoría, aunque su presencia en este medio se debe a que los norteamericanos no les reconocen esa superioridad. La exportación de café y cacao ha sido históricamente eso mismo: siempre se embarca lo mejor. Lo otro queda para los consumidores locales. Es como decir que somos platos de segunda mesa.