QUE SE DICE
Contra la pobreza

QUE SE DICE <BR>Contra la pobreza

Uno ya estaba más o menos preparado, a propósito del debate abierto a partir del anuncio del gobierno de embarcarse en la construcción del Metro de Santo Domingo, a escuchar toda suerte de argumentos para justificar la validez de la obra, pero hay que reconocer que hay gente capaz de sacar de balance a cualquiera.

Ahora sabemos, porque ha tenido la amabilidad de revelarlo el amable portavoz de la Presidencia, el doctor Roberto Rodríguez de Marchena, que la construcción del metro puede enmarcarse dentro de la lucha contra la pobreza que libra este gobierno, pues los pobres no solo se beneficiarán de la gran cantidad de empleos directos que generará el metro sino que, una vez concluido, podrán disfrutar de un sistema de transporte más confiable y digno, gracias al cual llegarán a tiempo, sin los tormentos y sobresaltos de hoy día, a sus centros de trabajo. Habrá que preguntarle al doctor Rodríguez de Marchena, sin embargo, si al final de su construcción -la primera etapa, según el ingeniero Diandino Peña, no pasará de cuatro años- habrá menos pobres en República Dominicana, o simplemente habremos encontrado una forma mucho más moderna y confortable de transportar, metro arriba metro abajo, nuestras pobres existencias.

El viejo trillo

Parece que el doctor Max Puig, secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales, seguirá el mismo trillo de muchos de nuestros funcionarios públicos, de este y anteriores gobiernos, al reproducir un patrón de conducta que ha contribuido en gran medida al progresivo debilitamiento de la institucionalidad del país: hacer una denuncia pública, no importa la gravedad que tenga, dejando de lado lo más importante: señalar con nombres y apellidos a los responsables del pecado denunciado, y las sanciones que se les aplicará por infringir la ley. ¿A quién le interesa saber que un grupo de hoteleros «poco prudentes» han utilizado dinamita para destruir barreras coralinas enteras, destruyendo incluso las playas de sus propios complejos, si no se le va a decir al país qué sanciones recibirán los imprudentes o qué harán las autoridades medioambientales para evitar que esa criminal imprudencia vuelva a repetirse?

Aleyda Fernández

La partida de la periodista Aleyda Fernández, víctima de un paro cardíaco que le sobrevino en su residencia de la comunidad de Cenoví, San Francisco de Macorís, donde residía tras retirarse de una brillante carrera, dejará un hondo vacío en todos los que la conocieron, pero sobre todo en el periodismo dominicano. Aleyda Fernández trabajó en diversos diarios nacionales, principalmente El Nacional y Listín Diario, en el decenio de los 60, donde su estilo valiente y vigoroso plantó su impronta. Deseamos a su esposo, el ingeniero agrónomo Reynaldo Hurtado Serrata, así como a sus familiares y amigos, consuelo y resignación en esta hora de supremo dolor.

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