Los legisladores de oposición han caído en una especie de paranoia con el tema de la reelección, lo que explica la reacción de las bancadas del PRSC y el PRM en la Cámara de Diputados a la propuesta de que el Congreso, en lugar de dos cámaras, solo tenga una, según lo que reveló el Ministro de Admistración Pública, Ramón Ventura Camejo. Máximo Castro Silverio y Alfredo Pacheco comparten el temor de que cualquier iniciativa que implique modificar la Constitución sirva de pretexto para meter de contrabando la reelección presidencial, y mas o menos lo mismo opina el peledeísta Henry Merán, quien sugiere que toda propuesta que tenga que tocar la Carta Magna sea relegada hasta que se apruebe la Ley de Partidos. Si esa condición fuera a cumplirse no habría nada que temer, pues hasta ahora no hay señales de que salga de su empantanamiento como consecuencia del tranque en torno a las primarias abiertas o cerradas. Y si le preguntan a Ventura Camejo dirá, como en ocasiones anteriores, que la reelección es un tema traído por los cabellos para dividir al PLD, y que nada hay de peligroso ni amenazador en el seminario que se celebrará el mes próximo en el país para analizar y discutir las propuestas de reforma de la estructura del Estado dominicano, entre ellas la del Congreso Unicameral. A lo mejor es verdad tanta belleza, pero no olvido que fue una carta de Ventura Camejo al presidente del PLD, Leonel Fernández, la que llevó el tema de la reelección al Comité Político, ni tampoco que en ella hacía la precisión de que su iniciativa no debía verse “como un asunto coyuntural para beneficiar o perjudicar a determinado sector político sino como expresión de la necesidad de fortalecer el sistema político dominicano…”. Finalmente la mayoría de sus miembros aprobó, el 19 de abril del 2015, enviar al Congreso la reforma constitucional que le arregló la cama a la reelección del presidente Medina, acogiendo lo que propuso en esa carta. El resto es historia.