QUE SE DICE
De islas y artificios

QUE SE DICE <BR>De islas y artificios

Era hasta cierto punto previsible que, a propósito de las pretensiones de construir una isla artificial frente al Malecón, las opiniones se decantaran en dos direcciones completamente opuestas; los que, en nombre del progreso que todo lo transforma para mejor, dan la bienvenida a un proyecto que traerá esplendor y cosmopolitismo a la zona, y aquellos que prefieren que se conserve intacta la esencia paisajística del malecón «más bello de América», que solo necesita ser rescatado del abandono y la arrabalización acumulada en décadas de desidia gubernamental.

¿Que quién tiene la razón? Eso solo el tiempo podría decirlo, y solo si se construye -finalmente- esa artificial isla. Mientras tanto, sería bueno que algo quedara claro: entre un «Nueva York Chiquito» o un Miami tropicalizado siempre será preferible una ciudad de Santo Domingo grande y moderna, celosa de su identidad y defensora del patrimonio arquitectónico y monumental que se da el lujo de poseer la Ciudad Primada de América.

Elogio al FMI
Tenía que venir el Fondo Monetario Internacional, con su guión de hierro, a imponernos la obligación de respetar una elemental regla del capitalismo, que por estos lares nos ha resultado imposible asimilar: solo el que paga por un bien o servicio tiene derecho a recibirlo. En el caso del servicio de energía eléctrica, que en este país incluye también los apagones, simplemente significa que mientras mas usted pague, de ahora en adelante, por la energía que consume, menos apagones recibirá. Aquí, para variar, lo estábamos haciendo al revés, al castigar con más apagones a gente que paga puntualmente, con el infeliz argumento de que en el sector donde reside se cobra muy poca energía. De ahora en adelante, sin embargo, las cosas serán distintas, pues se trata de un compromiso que el gobierno está obligado a honrar, al igual que otros incluidos en el «combo» negociado con el FMI para poder salir del agujero aquel. Que así sea.

Una sugerencia
En lo que la dirigencia de la Asociación Dominicana de Profesores decide o no cruzar el umbral de la puerta de que ha dejado abierta la secretaria de Educación, Alejandrina Germán, para sentarse a dirimir sus diferencias con el gremio magisterial, tal vez valga la pena tomar en cuenta esta humilde y desinteresada propuesta surgida desde las gradas. ¿Por qué no revisar de manera conjunta, ADP y Educación, la hoja de servicios y la titulación de todos los técnicos distritales y regionales que hay en el sistema oficial de enseñanza? Una vez hecho esto, sería fácil determinar cuáles técnicos están preparados para quedarse en sus cargos y cuáles, en cambio, deben retornar a las aulas, lo que garantizaría que solo se queden en los puestos aquellos que están realmente capacitados. En cuanto a las plazas vacantes, solo habría que abrir un concurso público, con la supervisión de instituciones privadas vinculadas a la educación, para seleccionar quiénes las ocuparían. Sería la mejor manera de escoger al personal más idóneo, con la ventaja adicional de que mantendría alejados a los políticos de una selección que solo debe hacerse en atención a razones estrictamente académicas o profesionales.

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