Qué se dice
De pretextos y excusas

Qué se dice <BR><STRONG>De pretextos y excusas</STRONG>

Si el panorama es tan negro como lo pinta el síndico de Santo Domingo Este, Juan de los Santos, poco falta entonces para que ese cabildo sea declarado en estado de calamidad. Una nómina abultada, edificaciones deterioradas, sin vehículos ni herramientas para trabajar y deudas acumuladas por más RD$250 millones no son, precisamente, los mejores condiciones para que el nuevo síndico pueda realizar un trabajo mínimamente aceptable, sobre todo en lo que se refiere a la recogida de basura, a menos que el gobierno le tienda su generosa mano. Airear las estrecheces y limitaciones conque inicia su trabajo puede ser buena idea para llamar la atención del Poder Ejecutivo sobre las enormes dificultades que tiene por delante uno de sus síndicos más populares, pero ni por un momento se le ocurra pensar a Juan de los Santos que sus munícipes aguantarán mucho tiempo esa cantaleta mientras sus calles se llenan de basura y se deterioran aún mas los precarios servicios que reciben.

Inmolación

  Todos los manuales de seguridad ciudadana recomiendan a las víctimas de un asalto no resistir a las demandas de los asaltantes, dejar que se lleven lo que quieran, pues la vida es una sola y una vez perdida no hay forma de recuperarla. Desgraciadamente, no todo el mundo hace caso a ese sano consejo, y finalmente paga con su vida una reacción impulsiva que fue incapaz de contener. Esta vez le tocó el turno al administrador de una envasadora de gas en el distrito municipal de La Guáyiga, en Pedro Brand, quien intentó hacer frente a los asaltantes del negocio, dos hombres y una mujer, que le dispararon a quemarropa. Carlos Henríquez Lantigua, de 44 años, deja viuda a su mujer y huérfanos a sus dos hijos menores, y todo para evitar que los ladrones se llevaran RD$1,500. El día que este gobierno, que tanto gusto le ha cogido a la propaganda, decida emprender una campaña de seguridad ciudadana debería insistir, más que nada, en el aspecto preventivo, a fin de llevar a la conciencia de los ciudadanos la idea de que no vale la pena inmolarse por dinero -por mucho que sea- o unas cuantas baratijas.

La gallera

  Cualquiera diría, al escuchar al pintoresco empresario del transporte Antonio Marte, que el pleito que han decidido echar contra el Gobierno y la justicia dominicana los transportistas condenados por sus implicaciones en la estafa contra el Estado a través del Plan Renove se va a dirimir en una ruidosa gallera. Marte, voz cantante de Conatra, dijo ayer que el paro de dos horas del pasado lunes apenas paralizó el 35% del transporte público de pasajeros en el Distrito Nacional y Santiago, pero que con esa manifestación apenas “toparon los gallos” ya que el país debe prepararse para una huelga general del servicio. Y fue incluso más lejos: anunció que en los próximos días “echarán unos gallitos” en San Francisco de Macorís, donde paralizarán el transporte pero sin decir cuándo ni cómo para que el gobierno no les tire los guardias a la calle. No debe ser problema para los organismos de seguridad del Estado, con los mecanismos de que dispone, determinar cuándo y cómo se llevarán a cabo los planes de los transportistas para alterar el orden público, como tampoco encontrar un buen gallo que le de una pela de espuelas al gallo bocón de Conatra.

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