Resulta una ironía del destino el que anteriormente los problemas de gobernabilidad en este país fueran atribuidos en gran medida al hecho de que los poderes Ejecutivo y Legislativo estaban controlados por personas provenientes de una misma matriz: el PRD. Se recuerda que el eje Presidencia-PPH y congreso-PPH podía imponer criterios a la hora de reformar la Constitución o conformar a la Junta Central Electoral y en muchas otras decisiones de importancia para la Nación. Por esa unilateralidad hubo con frecuencia gran incertidumbre y activas reacciones de desobediencia civil, con empresarios y sectores diversos agrupándose y pronunciándose contra las políticas oficiales y amplios sectores populares sumándose a huelgas de alcance nacional que tuvieron total efectividad. Ahora, en cambio, la gobernabilidad entra en peligro por todo lo contrario: reina la bipolaridad. Una cosa dice el Palacio y otra los legisladores. En la época de los anteriores conflictos institucionales (2000-2004) resaltaba la voz sin seguro de un Presidente de verbo ofensivo y de estilo campechano que repartía el acíbar de sus palabras hacia todas las direcciones y del que se dice que cavó el fracaso de sus aspiraciones políticas más por su forma de hablar que por cualquier otra cosa. En el presente soplan otros vientos. Las confrontaciones entre factores de poder llegan una y otra vez a la palestra sin que se escuche alguna retórica presidencial que avive las polémicas. Pero hay quienes entienden que la silente indiferencia y frialdad del mandatario que habla de metros en un país enfangado en males primarios pueden ser un combustible más explosivo para las conflagraciones que una lengua de Máuser.

Con los pies en el piso

El precio del petróleo continúa en alza y deja al país sin opciones. Con gasolina premium a RD$102.80, regular a RD$93.80 y gasoil a RD$70, no hay proyecto de desarrollo o de opción de transporte público o privado que garantice costos moderados para el usuario. Esta negatividad incluye a los trenes, que no importa que circulen por arriba de la tierra o por debajo para que sus operaciones estén atadas a hidrocarburos aunque solo sea para generar la electricidad que los mueva. Desde luego, en una ciudad con tránsito ordenado, sin los horribles taponamientos que generan los autos del concho y los cruces viales caóticos por falta de pasos a nivel, el consumo de combustibles puede ser racional y eficiente. Y para librar a este país de esos males de la atomización de operarios del transporte en carros destartalados y de calles sin fluidez de tránsito, se necesita una autoridad enérgica y responsable que comprenda que su primera obligación es sanear las ciudades y carreteras y hacer que las leyes de organización del tráfico se cumplan. Es elemental querido Watson, que la casa debe brillar y ser habitable, acogedora, en su primer nivel antes de pretender muchos gastos en las preciosidades del sótano.

Las mega-causas

El gobierno dice que se propone establecer responsabilidades en el desastre del penal de Higüey, hecho en el que seguramente incidieron situaciones que van más allá de la negligencia, la desidia o las complicidades externas a los grupos que se disputaban el control del recinto. Se ha de esperar que la Justicia no reduzca el establecimiento de responsabilidades a mencionar centinelas, un alcaide y a bomberos y policías de la localidad. Los males fundamentales de esa cárcel, como sería estrechez, hacinamiento sobrepoblación e indisciplina (lo que responde a un patrón a nivel nacional) es un marco imprescindible a la hora de analizar las causas más efectivas de la tragedia. Un marco que no puede ser relacionado en su origen y permanencia, a subalternos. En gran medida la gente de abajo, en cualquier organigrama, no hace más que reflejar con sus actitudes y comportamientos lo que les llega de arriba. ¿Qué han hecho las autoridades mayores en la justicia y la Policía para prevenir desastres carcelarios de las características que están en juego ahora y que son una repetición de anteriores episodios? Las conclusiones de la averiguación en curso, debería dar respuesta a esta pregunta.