QUE SE DICE
Dulce poder

QUE SE DICE <BR>Dulce poder

Cada día que pasa el ingeniero Carlos Morales Troncoso, Canciller de la República y uno de los principales dirigentes del Consejo Presidencial del PRSC, consolida sus vínculos con el gobierno del Partido de la Liberación Dominicana, al que acudirá aliado en las elecciones congresionales y municipales del 2006. Pero en un encuentro con sus compatriotas, esta misma semana, Morales fue más lejos todavía: se comprometió a promover un acuerdo, entre todas las fuerzas de la república, a fin de garantizar la sagrada gobernabilidad del país.

Ese temprano amarre con el oficialismo, muy criticado por el ingeniero Quique Antún, pone en evidencia que en política, como en la vida misma, siempre nos va mejor cuando sabemos exactamente lo que queremos o hacia donde deseamos ir. Nadie puede crucificar a Morales Troncoso y compartes por poner en práctica, una vez presentada la oportunidad, lo que tan bien aprendieron al lado del doctor Joaquín Balaguer, enseñanza que puede resumirse con tan solo una frase: nada tan dulce como las mieles del poder.

Más claro de ahí…
Tranquiliza la firmeza conque el Procurador General de la República, el doctor Francisco Domínguez Brito, ha dado seguridades de que el caso del Programa de Empleo Mínimo Eventual (PEME) seguirá su curso natural, hasta que se determine la inocencia o la culpabilidad de los imputados. Respondiendo preguntas de los periodistas, deseosos de conocer su opinión sobre el incierto rumbo de un expediente que lleva cuatro años desandando los laberintos de nuestra Justicia, Domínguez Brito fue, por razones que es fácil adivinar, particularmente enfático: «Sea quien sea, me guste o no me guste, sea cerca de mí o no, del juez o de la prensa, o amigo de quien sea; si hay responsabilidad, tiene que asumir su responsabilidad.» Ojalá que el mensaje, contundente y claro, llegue a donde tiene que llegar.

El metiche
No hay dudas de que el representante del Fondo Monetario Internacional en el país, Ousname Mandeng, se ha comportado como un verdadero metiche al atreverse a decir públicamente que la construcción del metro de Santo Domingo constituiría un desafío al organismo internacional. En menos de lo que canta un gallo, sin embargo, tanto el gobernador del Banco Central, Héctor Valdez Albizu, como el secretario de Finanzas, Vicente Bengoa, se encargaron de poner en su puesto al funcionario, recordándole que este país está en capacidad (en otras partes lo llaman soberanía) de decidir cuáles son sus prioridades en materia de inversión pública. El hecho de haber venido a sacarnos de una de las peores crisis económicas que recuerde la historia dominicana no le da derecho a ese señor, ni tampoco al FMI, a entrometerse en nuestros asuntos, pero tampoco conviene descartar, en nombre de esos arrebatos de soberanía, una preocupación que probablemente solo tenga de objetable el haber sido externada delante de los medios de comunicación.

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