QUE SE DICE
El abismo sigue ahí

QUE SE DICE <BR>El abismo sigue ahí

Tal y como arrojan resultados la encuesta Gallup de este periódico, el alto costo de la vida sigue siendo la preocupación estelar de los dominicanos que preferirían que la mentada «estabilidad» de la economía no significara que los precios siguen siendo los mismos que los que reinaron durante el apageo de la inflación que se experimentó en los dos años anteriores.Y aun cuando una serie de artículos de diario consumo cuesten menos que antes, y sean exhibidos como presunta demostración de que los tiempos son mejores, continúa manifestándose un abismo entre el poder de compra de un amplio sector de la ciudadanía y las ofertas del comercio.

El descenso de la tasa de cambio propiciada por el gobierno amplió los márgenes de beneficios de muchos intermediarios que apenas traspasan al consumidor final los efectos de un dólar adquirido a niveles inferiores. Un viejo lobo de los negocios dio privadamente una explicación: entre importadores y productores persiste la suposición de que la moneda norteamericana va a subir más temprano que tarde. Negarse a sincerar los precios constituiría entonces una precaución dañina para la sociedad en vista de la presteza con que comerciantes disponen alzas cuando entienden que sus costos han pasado a ser mayores.

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¡Qué pasa con los generadores?

Se ha tornado difícil para la prensa establecer con exactitud la verdadera razón del déficit de generación al que se atribuyen los últimos apagones kilométricos. Es como si las tinieblas de las fallas eléctricas estuviesen arropando también a las mayores plantas del sistema. Las cuatro que más electricidad aportan al país están fuera de servicio y se pretende hacer creer que no es por falta de pago de la luz consumida en julio, sino «por averías». La excusa no es creíble pues otras informaciones obtenidas en fuentes cercanas al sistema hablan del agotamiento total de las reservas de combustibles de las principales generadoras privadas, y no es usual que esas empresas de descontinúen sus compras de insumos por incidentes en las operaciones sino por falta de liquidez.

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Decepción

Una audiencia popular celebrada después de la juramentación de un consejo provincial de desarrollo, sumió recientemente en pesimismo a muchos de los ciudadanos de San Pedro de Macorís que estuvieron presentes y que esperaban provindencias acorde con las urgencias de la comunidad por parte del presidente Leonel Fernández.

Los asistentes recibieron como un balde de agua fría la promesa del primer mandatario de tomar en cuenta las»prioridades» de la sufrida provincia para tratar de incluirlas en los proyectos de presupuesto de los próximo tres años. Y mientras: un creciente desempleo se ensaña contra los petromacorisanos que dependen de las empresas de zonas francas –que huyen rápidamente del país- y de la quebrada industria azucarera. Además, barrios tradicionales del Macorís del Mar están inundados de aguas negras por averías en el sistema de alcantarillado a cargo de INAPA, entidad que se maneja con insensibilidad ante un problema grave para cientos de familias que tienen los entornos de sus casas repletos de inmundicias.

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