QUE SE DICE
El estoicismo y los indultos

QUE SE DICE <BR>El estoicismo y los indultos

Era raro el día en que el pasado procurador general de la República, doctor Víctor Céspedes Martínez, no exhortara en tono casi paternal a los periodistas de la fuente judicial a que «por favor, no desesperéis». Hablando como manso varón, Céspedes parecía un seguidor del estoicismo; una fortaleza en los momentos en que otros tendían a precipitarse aunque solo fuese buscando noticias. Su discurso, en afable trato, era siempre para motivar a los demás a ser sensatos y comedidos. Pero ante las cosas que le atribuyen –ahora con especial insistencia- sobre sus recomendaciones (muchas de las cuales fueron acogidas por el Poder Ejecutivo) para la concesión de indultos a troche y moche y en beneficio de muchos de los peores sujetos de la delincuencia nacional, uno se pregunta: ¿Y por qué en esta otra vertiente de la vida del entonces procurador la moderación y el tacto parecían brillar por su ausencia? Al duramente cuestionado Victor se le atribuye, incluso, sacar con toda precipitación de la cárcel a un primo suyo convicto de asesinato solo unos meses antes de que le permitieran recuperar la libertad «por motivos de salud», lo que era, básicamente, colocarle una mullida alfombra roja para salir del régimen penitenciario. Parecería que Céspedes nunca tuvo en sus círculos más cercanos alguien que le recordara su consabido estribillo: «no desesperéis». Las cosas solo deben hacerse como Dios manda.

En casa del herrero…

Quedan, como es lógico, tremendamente impactadas, muchas de las personas que han leído las declaraciones de la periodista Margarita de la Rosa en el sentido de que fue despedida del Colegio Médico por reclamar el aumento de sueldo que dispuso el comité de salarios para todos los empleados. ¿No ha sido, precisamente, esa institución la que con más firmeza y hasta intransigencia demanda mayores ingresos salariales para sus miembros? Aun cuando el aguerrido dirigente de los profesionales de la Medicina, Ariel Suero, no admite que esa fuera la causa del despido, el testimonio de De la Rosa es absolutamente verosímil. Su bien ganada reputación es la de una profesional de las comunicaciones que cumple con responsabilidad sus obligaciones, y en los círculos periodísticos se sabía, desde antes de que estallara el asunto, que había resistencia o una especie de táctica dilatoria frente al reclamo del personal de prensa del Colegio Médico a fin de que se concretara el alza de sueldos de ley. ¡Con qué cara la dirigencia médica va a seguir estremeciendo al país con huelgas sucesivas al enarbolar la causa del aumento salarial si ahora surge la evidencia de que se ha resistido a hacer lo propio con la gente que tiene a su servicio para labores institucionales?

Negar sin necesidad

La palabra malaria pone demasiado nerviosos a ciertos empresarios turísticos, y en ocasiones se critica injustamente a la prensa por difundir noticias sobre casos de esta enfermedad detectados en determinadas zonas. Y en adición, ni cortas ni perezosas, las principales autoridades de turismo secundan la hipersensibilidad y reaccionan como si les mencionaran al diablo cada vez que el tema rebrota en los medios de comunicación. Una prueba de que sobreactúan en este asunto, con pronunciamientos instantáneos, acaba de ocurrir tras un despacho noticioso procedente de Estados Unidos abordando el tema de la malaria en el país. Con marcado énfasis, las dos carteras negaron que se hayan producido nuevos casos de paludismo, algo que en verdad no procedía pues el Centro de Enfermedades Transmisibles con sede en Atlanta lo que hizo fue emitir un boletín para recomendar a los norteamericanos que planean venir en estos días a vacacionar que tomen medidas preventivas, como sería administrarse un antítodo, tan efectivo como conocido, para no enfermarse. Puramente, un tratamiento «por si las moscas», en vista de los viejos reportes sobre contagios que se han difundido. Allá sí que no se andan creyendo que la fiebre está en la sábana. Al menor riesgo, llaman a protegerse, algo a lo que están obligadas las autoridades norteamericanas en beneficio de los viajeros.

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