QUE SE DICE
El informe

QUE SE DICE <BR>El informe

Es razonable suponer que el informe rendido por el Partido de la Liberación Dominicana a la Junta Central Electoral, en el que detalla -con pesos y centavos- los ingresos y gastos correspondientes a la campaña electoral del 2004, pretende ser un desmentido a las socorridas versiones de que el ex capitán del Ejército Nacional Quirino Paulino Castillo, acusado de narcotráfico, financió actividades proselitistas del hoy partido en el gobierno, al igual que a otras organizaciones políticas, pero es poco probable, en las presentes circunstancias, que ese informe pueda cumplir un propósito tan ambicioso.

Todo el que tiene un mínimo de experiencia en la política criolla, medularmente clientelista, sabe perfectamente que no hay forma de cuantificar, chele a chele, esos gastos o ingresos, lo que explica que todavía hoy se eche en falta una ley que permita establecer controles rigurosos sobre la cantidad de recursos que reciben los partidos de fuentes «privadas» y de dónde provienen realmente. Se trata, simplemente, de una formalidad que la JCE está obligada a dar por buena y válida, siempre y cuando no sea demasiado exigente al reclamarle al PLD una explicación satisfactoria por su retraso en cumplir con ese requisito legal.

Congratulaciones

En en país donde cuesta tanto trabajo ponerse de acuerdo en cualquier cosa, aun se trate de lo más nimio, hay que recibir con beneplácito el consenso que hizo posible la elaboración del anteproyecto de ley que crea la Policía Municipal, que según lo hasta ahora revelado estaría bajo la dirección de la Policía Comunitaria adscrita a la Policía Nacional, y al mando de un Comandante Supremo que no es otro -¡vaya sorpresa!- que el Presidente de la República. Sentar en una misma mesa a representantes de la Federación de Municipios, al secretario de Interior y Policía, a la gente del famoso Diálogo Nacional así como a los comisionados por los principales partidos políticos es una proeza digna de encomio y reconocimiento. Felicitemos, pues, a quienes hicieron posible ese anteproyecto así como a sus eventuales beneficiarios, que no son otros que los ayuntamientos y los munícipes a quienes estos sirven, aunque sí sea de lamentar que se terminara rindiendo culto, una vez mas, a un presidencialismo que por excesivo ha propiciado lamentables deformaciones en nuestra vida institucional.

De fuera vendrán

Ricardo Bofill, el famoso arquitecto catalán, realiza una corta visita al país, pero eso no ha impedido que ya hiciera un recorrido, más o menos representativo, por la Ciudad Primada de América, y que produjera algunas declaraciones al diario El Caribe que si no provocan ronchas lastimarán -por lo menos- algunas susceptibilidades. Dijo Bofill, entre otras cosas, que el Malecón, uno de los más hermosos del mundo, está abandonado, que la Zona Colonial luce sucia y descuidada, que el río Ozama es una amalgama de problemas ecológicos y que la ciudad, en sentido general, carece de un ordenamiento lógico. Para colmo, Bofill la emprendió contra los planes del gobierno de construir el Metro de Santo Domingo, que definió como una obra demasiado costosa, dudosamente viable dadas las características del país, al tiempo de advertirnos sobre el riesgo de invertir lo que no tenemos -o empeñar lo que nunca llegaremos a tener- en un proyecto condenado de antemano a ser deficitario. ¿Cómo le habrá quedado el ojo a Diandino?

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