El escándalo no amaina. Mujeres procedentes de Estados Unidos que se sometieron al bisturí de cirujanos plásticos en República Dominicana, contrajeron peligrosas infecciones. Los casos han trascendido sistemáticamente en fuentes del gobierno norteamericano. Y aunque esas autoridades externas han canalizado su preocupación al país, los nombres de los establecimientos de salud en que estuvieron las pacientes infectadas, no han salido a relucir localmente. Por lo que se sabe, las infecciones contraídas en operaciones plásticas, han continuado. Es preocupante que las autoridades dominicanas no hayan tomado públicamente ninguna medida, ni siquiera informando del peligro a que se expondría cualquiera que acuda a esas clínicas. Como se sabe, el pasado de República Dominicana como Meca de cirugías baratas, tiene sus sombras. Se registraron varios casos de muertes de mujeres tratadas en algunos centros locales, que dieron lugar a procesos judiciales que más adelante el tiempo diluyó. No falta quien atribuya intenciones sensacionalistas a la propagación de informaciones sobre complicaciones postoperatorias, alegándose que los cirujanos plásticos dominicanos, con todo y sus riesgos, quitan clientes a médicos de otros países que tratan de desacreditar a las clínicas de aquí.

En declive

La preocupación evidentemente intensa del doctor Vicente Sánchez Baret, a la influencia que podrían estar tratando de ejercer políticos externos sobre legisladores perredeístas, es recibida en algunos círculos como un presagio de que la lealtad de ciertos núcleos a los designios del PPH, tendería a desaparecer. En el cálculo de los observadores brilla esta tesis: El Proyecto Presidencial que logró convertirse en el eje del PRD fundamenta gran parte de su “encanto” en su ejercicio de poder, y lo lógico es que cuando desaparezca la capacidad de sus principales líderes de nombrar gente y tomar decisiones de peso en los ámbitos del oficialismo, va a inspirar menos respeto y a concitar menos adhesiones. En círculos de políticos que hoy son oposición, pero que van a estar arriba pronto, se descarta que el PPH, que acaba de sufrir una derrota electoral, pueda conservar bajo su unidad de propósito, a todos los sectores del perredeismo que le fueron muy dóciles en el pasado reciente o que se mantuvieron en órbitas gratas a los fines del reeleccionismo. En medio de ese panorama fue que recientemente el licenciado Hatuey de Camps, definió al Senado de la República como un terreno fértil para la conquista de espacios y cambios de chaqueta. Concretamente, dijo que veía a muchos senadores y diputados como “agentes libres”.

Hierve la caldera

Ha llamado la atención, el comportamiento de unos médicos del Instituto Dominicano de Seguros Sociales que antier llevaron a la calle sus protestas por el estado de crisis que afecta al organismo, en el que faltan materiales y medicamentos para atender a pacientes y se ha retrasado el pago de los salarios a todo el personal. Impecablemente vestidos de blanco –que es como mejor lucen los profesionales de la medicina- galenos del IDSS estuvieron volteando zafacones en las vías públicas y mientras hacían su marcha, hubo hasta riñas con policías. La seguridad de las oficinas centrales del Seguro, no pudo impedir que los manifestantes penetraran a la dependencia en la culminación de la manifestación. Hasta ahora, esa forma ruidosa y agresiva de hacer demandas, sólo se veía en grupos estudiantiles, y en el pasado llegaron a ser famosos los micromítines de izquierda que la represión combatía, cuando podía, con balas y bombas. La acción de los médicos del Seguro, indica que la caldera del disgusto sigue tomando presión y ojalá que el gobierno recapacitara y tratara de cerrar su ejercicio componiendo un poco las cosas internas del IDSS.