QUE SE DICE
El turismo de V.I.P.

QUE SE DICE <BR>El turismo de V.I.P.

Casa de Campo, en La Romana, es un destino turístico preferido por personalidades de las finanzas, el arte y la política a nivel internacional, lo que está permitiendo que el país y, de manera particular los gobernantes, tengan allí una compuerta para desarrollar, mantener o activar conexiones con figuras de influencia y de poder de decisión. Ex presidentes norteamericanos (George Bush padre y Bill Clinton) o magnates de tecnología y de gran fortuna, como Bil Gates (considerado el hombre más rico del planeta) llegan con frecuencia a los predios del río Chavón y suelen establecer contactos con círculos oficiales y privados de la República Dominicana. Casa de Campo, un lugar de exquisita placidez, belleza y seguridad, fascina a poderosos de todo el mundo. Algunos conspicuos señores la han convertido en residencia permanente, mientras otros inversionistas millonarios se asientan en el área de Punta Cana con proyectos de lujo que aumentan la mágica atracción de la zona Este del país hacia el mundo exterior. El auge de ese turismo de primera -diferente al todo incluido – es una fuente de divisas que toma significación aceleradamente constituyéndose adicionalmente en un medio para promover inversiones en otras áreas.

Lo malo sigue

Quienes más están clamando por una reactivación de la economía y rogando que sus ventas aumenten y que también haya más inversiones reproductivas, son algunos sectores empresariales y gremios de diversos renglones del comercio. Pero hay razones de sobra para preguntarles a los voceros de esos intereses en qué medida esos agentes económicos contribuyen en estos momentos a que la demanda crezca y a que surjan, por efecto de un mayor movimiento financiero, nuevos medios de producción y mercadeo, algo que efectivamente daría paso a la generación de empleos en beneficio de los dominicanos de niveles sociales medios y bajos. Está probado que una diversidad de precios de artículos que la gente necesita para llevar un nivel de vida aceptable siguen resultando prohibitivos, en incongruencia con la tasa del dólar, hoy considerablemente inferior a lo alcanzado en el 2004. He ahí una gran distorsión que hace que una parte importante de la ciudadanía continúe marginada de ciertos usos de la vida moderna. La macroeconomía, situada en una mejor realidad, no está influyendo suficientemente sobre la microeconomía, mientras de manera privada, e incluso públicamente, algunos distribuidores de bienes de consumo postulan que los precios no deben bajar hasta que ellos no se recuperen de las pérdidas sufridas en el clímax de la crisis que comenzó en el 2003.

La bomba del cardenal

Causó fuerte impacto en algunos círculos la enérgica reprobación a la homosexualidad expresada anteayer por el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez. Lo que de manera muy radical deja traslucir el arzobispo de Santo Domingo es una preocupación intensa de la Iglesia por garantizar que sus ministros observen siempre estrictas normas de conducta que hayan su justificación en pasajes de las Sagradas Escrituras que condenan como absolutamente inaceptables los comportamientos homosexuales. Sin embargo algunos críticos de las posiciones ortodoxas aspiran a que el clero sea siempre compasivo e indulgente con quienes se apartan de lo convencional en esa materia. Se considera muy legítimo que el arzobispo de Santo Domingo se oponga a que los homosexuales tengan oportunidad de recibir la ordenación sacerdotal. Pero se entiende que la aplicación de duras reglas sobre ingreso al seminario no significa que la religión católica, apostólica y romana ande negando el acceso a sus templos y cultos a personas que, sin incurrir en conductas públicas escandalosas, sean señaladas como homosexuales. A fin de cuenta, se trataría de una condición que no le resta derechos a vivir dignamente y a cumplir con seriedad sus roles sociales. Desde una posición justa y responsable, hay que negarse a toda segregación basada en la preferencia sexual del individuo.

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