Qué se dice
En la fila

Qué se dice <BR><STRONG>En la fila</STRONG>

A lo calladito, como quien no quiere las cosas, el ex senador José Tomás Pérez va construyendo ladrillo a ladrillo los cimientos de su proyecto presidencial dentro del PLD, colocándose en la fila que encabeza el presidente Fernández, quien ya tiene puesto el traje de la reelección, y el influyente secretario de la Presidencia Danilo Medina, quien le aguarda impaciente -digámoslo en lenguaje beisbolero- en el círculo de espera.

En apenas dos meses, según José Tomás, ha logrado comprometer a 80 mil miembros de su partido en su proyecto “Renovación”, que de ninguna manera, aclara, se utilizará para atizar el divisionismo al que tanto le temen los peledeístas. Lo interesante del caso es que a pesar de estar, por así decirlo, en un lejano tercer lugar en una fila en la que de seguro tampoco es el último, ni se cansa ni se desespera, pues será “el pueblo” el que finalmente decida si su turno será en el 2008, el 2012 o más allá, como si creyera en el cuento de que no van lejos los de alante si los de atrás corren bien. Hay que desearle suerte, de todas maneras, al ex senador por el Distrito Nacional, y a sus eventuales adversarios un sano consejo, completamente gratis: si lo subestiman se arrepentirán.

Ignorancia

  Se queja el secretario de Salud Pública, el doctor Bautista Rojas Gómez, de que una parte importante de la población ignora la forma de evitar la propagación del mosquito que transmite el dengue, debido a que no se detiene a observar por televisión la campaña de orientación que promueve la cartera que dirige. Según el funcionario, Salud Pública está seriamente empeñada en enfrentar el brote de dengue, que muchos prefieren llamar epidemia (una malapalabra para las autoridades de Salud), pero cuando la publicidad aparece en la pantalla del televisor sus eventuales beneficiarios cambian de canal. Si la secretaría de Salud Pública tuviese, como habría de esperarse tratándose de una enfermedad endémica, una política permanente contra el dengue, que hiciese énfasis en una amplia campaña de prevención i orientación en la época más propicia para la propagación del mosquito que la transmite, nos habríamos ahorrado la queja del señor secretario y probablemente también el “brote” que ha provocado que las salas de internamientos y las emergencias de clínicas y hospitales estén repletas de personas con dengue clásico o hemorrágico.

Un buen ejemplo

  Dicen que Dios dijo: ayúdate que yo ye ayudaré. Un consejo que han seguido al pie de la letra residentes en Brisa del Este, obligados por las circunstancias a suplir las deficiencias de un Estado que, en materia de Educación, sigue haciendo falta donde más se le necesita: fundaron su propia escuela, la Escuela Básica 24 de Abril, y sin recibir nada, ni siquiera un mísero pupitre, de la secretaría de Educación. Sus estrechas, calurosas y oscuras aulas, que cobijan a decenas de muchachos y muchachas que diariamente acuden a recibir docencia, son apenas suficientes para una población que espera ansiosa la oportunidad de probar, así sea las migajas, el famoso “pan de la enseñanza”, espera que puede ser larga para gente que a pesar de su buena disposición tiene que juntar chele a chele los recursos conqué construirle un modesto anexo a su escuela. Pero ya ellos se han ayudado bastante a sí mismos, le toca el turno ahora -atención doña Alejandrina- a la secretaría de Educación.

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