Enemigos públicos

Enemigos públicos

Si la Cámara de Diputados se tomara la molestia de ordenar una encuesta para preguntarle a los ciudadanos si los creemos capaces de vender al mejor postor los regalos que recibieron para repartirlos en el Día de las Madres, en los que se invirtieron 176 millones de pesos de los contribuyentes, estoy seguro de que la respuesta sería un abrumador sí, pues lo cierto es que esos honorables legisladores se han empleado a fondo para convencernos de que no son dignos de nuestra confianza y mucho menos de representarnos. Todo esto a propósito de la actitud asumida por el diputado perredeísta por San Juan de la Maguana, David Herrera Díaz, quien ahora niega que acusara a sus colegas de vender esos regalos a pesar de que la transcripción de sus declaraciones a un canal de televisión de esa provincia, publicada ayer por El Nacional, no deja lugar a las dudas. Y para muestra, un botón:. “…320 regalos que más de treinta diputados se los vendieron a otro diputado que tiene una tienda de electrodomésticos en La Vega. El paquete completo a 14 mil dólares, o sea a 175 mil pesos”. Hasta cierto punto se entiende que el legislador, a quien sus colegas deben querer crucificar a causa de su inoportuna indiscreción, quiera ahora desdecirse, alegar que no dijo lo que dijo, pero ya el daño está hecho. Y está hecho porque esa denuncia simplemente rebosó la copa de los escándalos, todos relacionados con el reparto alegre, con propósitos clientelistas, de los recursos del presupuesto nacional en los que se han visto envueltos últimamente los diputados, que a estas alturas no deben sorprenderse de que muchos ciudadanos seamos partidarios de que se les declare enemigos públicos.

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