QUE SE DICE
Entre caballeros

QUE SE DICE <BR>Entre caballeros

Yayo Matías, el fogoso senador perredeísta por la provincia Valverde, se queja con mal disimulada amargura del engaño del que dice haber sido objeto de parte de su colega, amigo y correligionario Andrés Bautista, presidente del Senado, a quien acusa de violar un acuerdo verbal para apoyarlo como candidato a la Presidencia del hemiciclo, «pacto de caballeros» del que fueron testigos -dice el legislador- el ex secretario de Agricultura Eligio Jáquez, y los senadores Alejandro Santos, de Salcedo, Aníbal García Duvergé, de San Cristóbal, Juan Morales, de Hato Mayor, Sucre Muñoz, de Barahona, y Tommy Durán de Puerto Plata. Batista, representante de la provincia Espaillat, aspira a reelegirse en la posición, y ya ha dejado saber, vía la publicación de un espacio pagado en los periódicos, que 18 de sus compañeros le ofrecen su apoyo, respaldo que Matías ha puesto en dudas diciendo que la mayoría de los que firmaron ese documento ya cambiaron de opinión. El senador por Valverde no explicó, sin embargo, cómo puede estar tan seguro de ese repentino cambio de parecer, pero conociendo su capacidad de llamar a las cosas por su nombre tal vez sea preferible dejar las cosas de ese tamaño.

Resentimientos

Es probable que, por faltar poco más de una semana para el inicio de la anunciada huelga de los médicos, se noten pocos esfuerzos por restablecer el diálogo entre el Colegio Médico y la Comisión Mediadora, haciendo honor a la inveterada costumbre criolla de dejarlo todo para el último momento. Solo nuestra proverbial indolencia explicaría la indiferencia conque ha sido acogida, de parte de los principales protagonistas del conflicto, la propuesta del presidente del Colegio Médico en Santiago, el doctor Juan Guillot Caba, para que se acepte la mediación de personalidades de la calidad del doctor Salomón Jorge, entre otros médicos de gran prestigio de La Hidalga de los 30 Caballeros, pero gente que dice estar al tanto de esos tejemanejes asegura que existe, de parte y parte, mucho resentimiento, sobre todo después que el doctor Waldo Ariel Suero le enrostrara a monseñor Agripino Núñez Collado la eficacia de sus diligencias para agenciarle a los auspiciadores del Hospital Metropolitano de Santiago una donación millonaria del gobierno, en contraste con el poco entusiasmo mostrado en lograr un arreglo satisfactorio entre los médicos y las autoridades de Salud. Después de ahí, cuentan las malas lenguas, a monseñor no hay quien le hable de sentarse en una misma mesa con el desbocado presidente del gremio médico.

Palos a ciegas

Ahora resulta que uno de los principales promotores del famoso «Pacto por la Unidad» reformista, Héctor Rodríguez Pimentel, no solo abomina de lo que respaldó con su firma y defendió en los medios de comunicación sino que acusa al ingeniero Quique Antún, su principal rival en la lucha por la presidencia del PRSC, de patrocinar la fusión con el Partido de la Liberación Dominicana, a espaldas de los organismos de dirección y en complicidad con importantes funcionarios del gobierno. Lo más curioso del caso es que Antún, quien de inmediato negó las acusaciones de Rodríguez Pimentel, también ha cambiado de opinión respecto al dichoso «pacto», en cambio otros, que lo alentaron con entusiasmo por ser la supuesta tabla de salvación de la unidad partidaria, a la hora de la verdad se salieron por la tangente y no estamparon su rúbrica. Los que se encuentran en la posición más incómoda en medio del triste espectáculo que ofrecen al país los compatriotas, sin embargo, son los que se sumaron al coro sin calcular las implicaciones de lo que firmaban, que no saben donde meter la cara tras la avalancha de rechazos que ha recibido, dentro y fuera del partido, un acuerdo que no solo entra en contradicción con los estatutos del PRSC sino que es absolutamente antidemocrático. A eso le llaman, aquí y en Pekín, dar palos a ciegas.

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