QUE SE DICE
Entre compañeros

QUE SE DICE <BR>Entre compañeros

Es probable que Reynaldo Pared Pérez, secretario general del PLD, no midiera el alcance de sus palabras al declarar que no hace falta discutir en el seno del Comité Político, como lo ha solicitado el senador José Tomás Pérez, la conveniencia o no de construir el Metro de Santo Domingo, debido a que ya se discutió en el Consejo de Gobierno, en el que participaron 15 de los 22 miembros del máximo organismo de dirección peledeísta.

¿Se habrá dado cuenta el fogoso dirigente político que su respuesta sugiere que se ha producido una especie de superposición, para llamarlo de algún modo en lo que llega una explicación más «sociológica», gracias a la cual el Consejo de Gobierno ha terminado suplantando al Comité Político? En su afán por descalificar, sin mas ni mas, la legítima aspiración de su compañero de partido, Pared Pérez se ha despachado con una salida desafortunada, excluyente y muy poco democrática.

Que se investigue
La Policía Nacional, su actual jefatura, tendrá que acostumbrarse, le guste o no, a que de tiempo en tiempo los medios de comunicación le saquen la cuenta de los supuestos delincuentes caídos en intercambios de disparos (El Caribe acaba de contarle 52 en lo que va del 2005) con sus agentes, pues ha terminado sucumbiendo, ante los vocingleros reclamos de aplicar «mano dura», al único método que ha probado su relativa eficacia en el combate a la delincuencia. Ese método, sin embargo, entraña muchos riesgos, entre ellos los excesos que propicia, pues tarde o temprano llega el momento en que no hay forma de distinguir el exterminio selectivo, en nombre de la ley y el orden, de esos supuestos delincuentes, y las ejecuciones o asesinatos perpetrados al amparo de la impunidad que proporciona un uniforme. La denuncia del presidente del Comité de los Derechos Humanos, Virgilio Almánzar, de que 15 policías encapuchados asesinaron a mansalva a dos jóvenes en Capotillo, parece una exageración, pero hay que investigarla a fondo de todas maneras. Cuando el río suena…

El regreso
Quienes la han padecido dicen que no hay soledad mas sola que la del poder que recién se abandona, pero es evidente que esas debilidades literarias no se hicieron para un hombre del temperamento de Hipólito Mejía, alias El Guapo de Gurabo. Exactamente seis meses ha durado la «tregua» concedida por el atípico ex presidente al gobierno del doctor Leonel Fernández, que en lo adelante deberá prepararse para verle aparecer, beligerante y agresivo, en los periódicos y la televisión, haciendo lo que mejor sabe: alborotar las avispas con sus descalificaciones y críticas destempladas. Y como nada es totalmente malo en esta vida, habrá quienes saluden con regocijo su triunfal regreso al ruedo, sobre todo aquellos que medio en broma medio en serio decían echar de menos sus ocurrencias con el argumento de que la vida política criolla está demasiado aburrida.

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