Qué Se Dice: Entre vecinos

Qué Se Dice: Entre vecinos

El nacionalismo patriotero es muy mal consejero cuando se trata de abordar situaciones tan delicadas como la que plantea la anunciada intención del vecino Haití de canalizar el río Masacre con fines agrícolas, una gran tentación para políticos oportunistas que utilizan el discurso antihaitiano para engatuzar simpatizantes.

Por eso tranquiliza la posición expresada por el presidente Luis Abinader de que dejará en manos de la diplomacia y los tratados internacionales la solución del diferendo, como manda su condición de Estadista que debe mantener, ante toda circunstancia, la ecuanimidad y la prudencia, que también manda que se haga el sordo ante el ruidoso coro que reclama acciones más firmes y contundentes que solo crearían mas problemas de los que estamos en capacidad de manejar.

Desde luego, para encontrar una solución que no perjudique a ninguna de las dos naciones, como espera el mandatario, hace falta que la disposición para llegar a un entendimiento esté presente de ambos lados de la frontera, y no debemos olvidar que tanto aquí como allá hay sectores que apuestan a los desencuentros responsables de que estemos tan cerca y tan lejos a la vez.

Y si es verdad, como se ha dicho, que con este asunto en Haití están jugando a la política dizque para “desviar la atención” de los problemas que agobian a sus actuales autoridades, solo confirmaría lo que, por amarga experiencia, ya sabíamos: que el principal obstáculo para cualquier entendimiento con nuestros vecinos es la falta de interlocutores que garanticen su viabilidad, situación que empeorará en la medida en que la situación política, económica e institucional se deteriora.

Crucemos los dedos para que eso no llegue a ocurrir, pero también para que el río Masacre no vuelva a ser testigo de la histórica incomprensión que ha impedido que compartamos nuestra vecindad en términos más provechosos para ambos pueblos y la hermosa isla que Dios nos regaló.

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