QUE SE DICE
Escape del paraíso

QUE SE DICE<BR> Escape del paraíso

El salvaje asesinato del propietario de una ferretería y su ayudante ha sido, simplemente, la gota que rebosó el vaso; la declaración pública de comerciantes dominicanos y extranjeros, exigiendo que las autoridades dispongan un operativo militar y policial que ponga freno a la delincuencia, es tan solo su grito más desesperado. De un apacible remanso turístico, enclavado en una de las zonas más exuberantemente hermosas de la isla, Las Terrenas ha devenido en un verdadero infierno de manos de una delincuencia a la que, evidentemente, nadie le ha plantado cara. La Policía, ante la sospechosa inacción de sus agentes, ha dispuesto el traslado de la dotación policial completa, pero las cosas han llegado tan lejos, la situación se ha deteriorado tanto, que probablemente sea esa una medida insuficiente. Mientras tanto, una gran cantidad de empresarios extranjeros que residen y trabajan en la zona, que se arraigaron en aquellas tierras tan parecidas al paraíso, está considerando seriamente emprender la fuga antes de que la violencia que ya les robó la paz les arrebate también la vida.

Asunto de Estado

Lo deseable es que el encuentro del presidente Leonel Fernández con el dirigente peledeísta Reynaldo Pared Pérez calme un poco los ánimos de las crecidas bases del Partido de la Liberación Dominicana, insatisfechas con el ritmo y la cantidad de nombramientos que han recibido, sobre todo después de enterarse -de labios de su secretario general- que el mandatario impartió instrucciones precisas para que se atiendan, en la medida de lo posible, esos reclamos. Pared Pérez advirtió, sin embargo, que no todos los peledeístas podrán tener un cargo en un gobierno que no dispone de suficientes puestos para dejar a todos sus militantes complacidos, un razonable argumento que ojalá sean capaces de comprender. Sobre todo porque ya es tiempo de que la búsqueda de cargos en la administración pública por parte de las impacientes bases peledeístas deje de ser un asunto de Estado o una fuente de perturbación, como acaba de ocurrir en San Juan de la Maguana, donde cientos de jóvenes peledeístas ocuparon a la fuerza las oficinas regionales de la Secretaría de la Juventud en rechazo del nombramiento de su nuevo director.

Lecciones

Lo ocurrido en el patio de la parroquia Santísima Trinidad de Nagua, donde seis personas -incluídos cuatro menores de edad- resultaron heridos de bala mientras intentaban conseguir un poco de medicinas y alimentos que alivie un poco su triste condición de damnificados, ha puesto en evidencia, de manera dramática, la incapacidad de las autoridades de crear una logística eficiente que garantice que los miles de damnificados que ha dejado a su paso el traicionero huracán Jeanne reciban la asistencia del gobierno. Más o menos lo mismo sucedió tras la catastrófica inundación que arrasó con todo un poblado en Jimaní, hasta que finalmente se confió a la Iglesia y algunas organizaciones de la sociedad civil el reparto de la ayuda a los sobrevivientes de aquella inmensa tragedia. Lo que esa dolorosa experiencia nos enseñó fue que, a la hora de hacer llegar esa asistencia a quienes la necesitan, las manos oficiales no son las más confiables.

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