QUE SE DICE
Favoritismo

QUE SE DICE <BR>Favoritismo

Al criticar de manera abierta y responsable el favoritismo del gobierno central con el ayuntamiento del Distrito Nacional, al que acaba de conceder una serie de «facilidades» económicas a través del programa social «Comer Es Primero», el síndico de Santo Domingo Oeste, Daniel Carvajal Lois, ha puesto sobre el tapete una pregunta que debería provocar algún tipo de discusión, aunque solo sirva para delimitar con mayor claridad los ámbitos de acción de nuestros poderes públicos.

¿Es legítimo que el Poder Ejecutivo destine fondos a un ayuntamiento, al margen de los recursos que la ley prevé, atendiendo razones estrictamente político-partidarias? Responder con propiedad esa pregunta es materia de especialistas en legislación municipal o en materia constitucional, pero no hace falta ser un experto en nada para darse cuenta que las «facilidades» del gobierno al síndico Roberto Salcedo, al igual que los fondos millonarios que le agenció hace unos meses para la compra de equipo pesado conqué hacer frente a la crisis en la recogida de la basura, rompe un elemental sentido de equidad, sobre todo si tenemos en cuenta, como bien señala Carvajal Lois, que el doctor Leonel Fernández Reyna es -hasta tanto se demuestre lo contrario- el presidente de todos los dominicanos.

El plazo

Cumplido el plazo concedido por la secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales para el retiro de los desechos sólidos -el famoso rockash- depositados en Samaná y Montecristi, falta ahora que también se cumpla el fatalista pronóstico de que ese indeseado material se quedará donde está, no importa que llueva, truene o ventee, y por encima de la cabeza de nuestras autoridades medioambientales y judiciales. El grupo Mundo Ecológico, que dirige el periodista Geraldino González, es de los que está convencido de que eso será así, pues según su denuncia las compañías que trajeron al país esos desechos, con la complicidad y el amparo de las pasadas autoridades gubernamentales, hacen los amarres de lugar para agenciarse nuevas y protectoras complicidades, a fin de evitar que se haga valer nuestro derecho a rechazar que se nos convierta en un inmenso vertedero «colocado en el mismo trayecto del sol».

El Efecto Quirino

La decisión de la Suprema Corte de Justicia de aplazar para el próximo martes el conocimiento de la solicitud de extradición del ex capitán del Ejécito Nacional Quirino Ernesto Paulino Castillo formulada por los Estados Unidos, atendiendo un pedido de los abogados de la defensa, mantendrá en vilo a un país que ha puesto prácticamente todos sus ojos sobre un pedido de extradición que, según las unánimes voces de la opinion pública nacional, pondrá a prueba a nuestro más alto tribunal. Algunos comentaristas televisivos, sin embargo, han ido mucho más lejos todavía en sus sombríos pronósticos, al vaticinar que la sociedad dominicana se estremecerá en sus cimientos al conocer los nombres de las personalidades del mundo político, militar y empresarial involucradas en ese expediente, lo que podría -incluso- poner en peligro la gobernabilidad del país. Si esos profetas del desastre tienen finalmente razón, habría que concluir que el «Efecto Quirino» será mucho más devastador, para nuestras frágiles instituciones, que las dos intervenciones militares extranjeras y la cruenta guerra civil que hemos padecido, a lo que habría que añadir todas las trapacerías que han sido capaces de urdir nuestros políticos desde la fundación misma de esta atribulada República.

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