Todo indica que el Gobierno, a través del Ministerio de Medio Ambiente, ha sido negligente con los vecinos del sector Nuevo Horizonte, donde la explosión de una caldera en una recicladora de combustibles provocó la muerte de cinco personas, al no ponerle atención a su Junta de vecinos cuando se quejó de la contaminación que provocaban en la zona sus operaciones. Y lo peor del caso es que parece también dispuesto a pasar de la negligencia a la irresponsabilidad al dejarlos abandonados a su suerte, y completamente indefensos, ante la indiferencia mostrada por los dueños de la planta hacia los daños provocados por la explosión a sus bienes y propiedades. Junior Matos, vocero de la Junta, contó a reporteros de HOY que los técnicos de Medio Ambiente que visitaron el lugar les dijeron que si la empresa “no les resolvía” que se dirigieran a esa institución, pero como no les explicaron qué plazo tiene para responder por los daños es como si no les hubieran dicho nada. Es ante esa actitud indolente de las autoridades que se supone están ahí para defenderlos y protegerlos en situaciones como ésta que los vecinos decidieron querellarse contra la empresa Celantra, pero como la justicia dominicana camina a paso de tortuga con reumatismo, sobre todo si hay un poderoso (empresario o político o ambas penas a la vez) de por medio, es probable que ese sea el camino más largo y tortuoso hacia la solución de su problema. Y otra cosa: el manejo que le han dado las autoridades a este caso contrasta significativamente con el que le ofrecieron a la explosión en PolyPlas a pesar de sus notorias similitudes, y a pesar también de que proporcionalmente, y en lo que se refiere a la pérdida de vidas humanas, se trata de una tragedia de mayores dimensiones.