QUE SE DICE
Iguales ante la ley

QUE SE DICE <BR>Iguales ante la ley

La Sala Capitular del Ayuntamiento del Distrito Nacional autorizó a la sindicatura a disponer el cierre de cinco moteles que ofrecen sus servicios en el litoral sur de Santo Domingo, a la altura de la autopista 30 de Mayo, debido a que sus instalaciones ocupan buena parte de los 60 metros que están obligados, según la ley, a dejar libres, pues son propiedad pública. Los regidores también exigen a los propietarios de esos establecimientos presentar al cabildo, en el más breve plazo posible, un estudio de impacto ambiental como garantía de que las aguas residuales y desechos sólidos que generan no contaminan al bravío mar Caribe. La medida, que busca rescatar ese litoral del proceso de arrabalización al que ha sido sometido durante años, ante la indiferencia cómplice de las autoridades, merece reconocimiento, pero debería hacerse extensiva a los dos restaurantes que operan en ese mismo litoral, en la avenida George Washington, pues incurren en la misma violación que los moteles. A menos, claro está, que la ley haya dejado de ser igual para todos en República Dominicana, algo que -a decir verdad- no debería sorprender a nadie que haya nacido bajo este tórrido cielo insular.

Recordatorio

La Policía Nacional reportó ayer la muerte de uno de varios atracadores que se enfrentaron a tiros con una patrulla motorizada en el sector Lucerna, en Santo Domingo Este, al tiempo que informó del apresamiento de otro, al que identificó como miembro activo de la Marina de Guerra. El hecho de que se informe que un miembro de nuestros institutos castrenses está vinculado, de una manera u otra, a la comisión de algún hecho criminal o delictivo, no es nada nuevo, y los archivos de los periódicos están ahí para dar fe cierta de esas ocurrencias. Sirvan estas notas, simplemente, para poner en contexto -como gusta decir a los teóricos- las verdaderas dimensiones de un viejo problema que hemos sido incapaces de resolver, en el interés de que se recuerde, para beneficio general, que no es solo la institución responsable de velar por el orden público la única necesitada de una profilaxis que saque de sus filas las manzanas podridas. Es cuanto.

Otro cuento

Y la crisis en el suministro de gas propano, que ayer volvió a  agotarse en prácticamente todas las envasadoras de la Capital, se ha convertido en el cuento de nunca acabar. Ahora resulta que el país podría quedarse completamente desabastecido del carburante, si las condiciones climatológicas predominantes, como todo hace temer, obligan a retrasar la llegada del próximo buque cargado de GLP, que se espera llegue mañana sábado. Eso quiere decir que a partir de la próxima semana las enormes filas que veamos delante de las envasadoras, formadas por desesperados choferes del transporte público o irritadas amas de casa, son por culpa del poderoso huracán Iván, que no solo ha provocado gran devastación por dondequiera que ha pasado sino que nos ha dejado, de carambola, una excelente excusa para seguir justificando una crisis a la que ya no le caben más culpables.

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