Qué Se Dice: Incentivo a la corrupción

Qué Se Dice: Incentivo a la corrupción

Tiene razón Servio Tulio Castaños, alguien tiene que estar equivocado. Porque solo una equivocación, aunque sea “sin querer queriendo”, puede explicar que el proyecto de ley de Código Penal que acaban de aprobar en primera lectura los diputados contemple una pena de 2 a 4 años para los actos de corrupción, lo que a su juicio se va a constituir en un incentivo, que definitivamente no necesitamos, para que continúe por la libre una práctica que ha desangrado, para beneficio de tan solo unos pocos, las arcas nacionales, degradando nuestra democracia y envileciendo sus instituciones.

La lista de males que ha dejado a su paso la corrupción y su compañera de cama, la impunidad, es muchísimo más larga pero sería continuar lloviendo sobre mojado, precisamente la razón por la cual resulta “insólito”, como lo describió el Vicepresidente Ejecutivo de Finjus, que los diputados den la espalda a esa realidad y actúen contra los intereses de una sociedad harta de los corruptos, sus cómplices y protectores.

En esas dos últimas categorías habría que incluir a los diputados si la Comisión de Justicia de la Cámara Baja, que tiene un plazo de quince días para revisar lo que se aprobó y escuchar observaciones, no enmienda la equivocación.

Si es que realmente lo fue, pues el hecho de que eso haya podido haber pasado en medio de las altisonantes discusiones alrededor del aborto y las tres causales, que concentraron toda la atención de ciudadanos y medios de comunicación, lo hacen parecer un alevoso y premeditado palo acechao utilizando como coartada el cúmulo de penas y como inspiración el dicho de que quien hace la ley hace también la trampa. Y como han demostrado, con su zigzagueante comportamiento, que no les importa defraudar a sus electores, tampoco debemos espantarnos si de manera abierta y descarada se declaran aliados del peor enemigo de esta sociedad y su futuro: la maldita corrupción.

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