Hoy 
A lo mejor nadie está llevando esa estadística, tan necesaria a la hora de hacer comparaciones, pero quien lo intente podría encontrarse con la sorpresa de que la actual jefatura de la Policía Nacional, a la que muchos acusan de blandita, lleva una excelente proyección para quebrar algunas marcas anteriores en lo que se refiere a la cantidad de supuestos delincuentes caídos en los célebres intercambios de disparos, para mucha gente el mejor parámetro para medir la eficacia de una gestión al frente de la institución responsable de velar por el orden público y garantizar la seguridad ciudadana.
Eso quiere decir, consecuentemente, que al delincuente se le sigue tratando con la misma mano dura que hoy se invoca, aunque sigamos sin reconocer lo que las evidencias se han cansado de estrujarnos en la cara sin que nos demos, hasta el sol de hoy, por aludidos: el exterminio de los delincuentes no elimina la delincuencia, simple y sencillamente porque no va a sus raíces, a lo que la desencadena o la hace posible. Por eso preocupa tanto que se quiera convencer a la opimión pública de que la decencia, la excelente formación académica y las buenas maneras del mayor general Manuel de Jesús Pérez Sánchez son un defecto en lugar de una virtud a la hora de hacer frente al problema de la seguridad ciudadana, cuando la realidad es que al momento de halar el gatillo su jefatura ha sido tan alegre y contundente como otras que hoy se echan tanto de menos.
Comparaciones
El primer ministro haitiano Gerard Latortue declaró al periodista Leo Reyes, de El Nacional, que en Haití habrá elecciones congresionales y municipales este mismo año «con crímenes o sin crímenes». Latortue respondía de esa tajante manera a las inquietudes del comunicador ante la amenaza que representa para la celebración de esas elecciones el clima de violencia e inseguridad que reina al otro lado de la frontera, pero Latortue dijo sentirse confiado en que los comicios, programados para noviembre, transcurrirán en calma, porque eso es lo que quiere el pueblo haitiano. ¿»Si hay elecciones en Irak, cómo es que no puede haberlas en Haití»?, se preguntó a sí mismo. Después de esa comparación, cualquier comentario sale sobrando.
Urgente mediación
Uno supone que estas con cosas de las que debe tener conocimiento, necesariamente, la Liga Municipal Dominicana, institución rectora de los ayuntamientos, y que la mano componedora del doctor Amable Aristy Castro, quien se define a sí mismo como un hombre conciliador, convencido de que siempre es preferible un buen arreglo que un mal pleito, no ha podido desatar el nudo que impide sesionar a la sala capitular del ayuntamiento de Haina desde hace tres largos meses. Esa situación, lógicamente, afecta severamente el desenvolvimiento del cabildo, pues ha impedido que los regidores no solo conozcan importantes proyectos destinados a mejorar la vida de los muncícipes sino que se apruebe también el presupuesto. Haina no es, precisamente, una comunidad que puede darse el lujo de tener su ayuntamiento administrativamente paralizado, y menos por culpa de mezquinas garatas políticas. ¿Sería tan amable, el presidente de la benemérita LMD, de apurar sus diligencias a fin de poner fin a ese absurdo conflicto?
