Qué Se Dice: Jugando a la ruleta rusa

Qué Se Dice: Jugando a la ruleta rusa

Si el Gobierno olvida, así sea por un segundo, que está bajo el escrutinio de una ciudadanía que le da seguimiento a sus acciones y omisiones para luego dar rienda suelta a sus críticas en las redes sociales va a pagar un precio muy alto, que en realidad ya empezó a abonar como consecuencia de las continuas rectificaciones y cambios a los que parece sentirse obligado para complacer peticiones en medio de una pandemia que nos ha golpeado a todos.

Dicen que rectificar es de sabios, mucho mas en una situación inédita que genera tanta presión sobre las autoridades y obliga a ir haciendo ajustes a las medidas que se tomen, dada la necesidad de preservar tanto la salud de la población como de la economía. Pero llega un punto, inevitablemente, en que esos continuos ajustes y cambios de dirección para complacer a estos, aquellos y a los de mas allá empiezan a verse como muestras de inseguridad e improvisación, la peor señal de debilidad que le conviene proyectar a sus gobernados en las presentes circunstancias de incertidumbre general.

Esa incertidumbre, que erosiona poco a poco, y de manera insidiosa, las esperanzas colectivas de que podamos salir alguna vez de esta desgracia, puede evolucionar hacia una pérdida de confianza en quienes dirigen el barco que no le conviene ni a ellos ni a nosotros. Es en este ambiente de presiones y reclamos de sectores a punto de quebrar como restaurantes y bares, entre otros, que el Gobierno ha vuelto a flexibilizar las medidas restrictivas.

Un paso arriesgado y peligroso porque equivale, en momentos en que se disparan los indicadores de covid-19, a jugar a la ruleta rusa con los contagios, lo que puede obligar al Gobierno a tener que volver a rectificar la rectificación, con su consecuente pérdida de credibilidad, y para colmo ser culpado del agravamiento de la pandemia y sus nefastas consecuencias sobre una economía que cualquier imprudencia o error de cálculo puede enviar a cuidados intensivos.