Al ministro de Trabajo, José Ramón –Monchy– Fadul, lo quieren crucificar las principales centrales sindicales porque se atrevió a sugerir la modificación del Código Laboral para incrementar la cuota de mano de obra extranjera en el mercado laboral, declaraciones que han sido calificadas de inoportunas y una muestra de su incapacidad para aplicar la cuota 80-20 actualmente en vigencia. Jacobo Ramos, de la Confederación Nacional de Trabajadores Dominicanos (CNTD), y Rafael –Pepe– Abreu, del Consejo Nacional de Unidad Sindical (CNUS), lamentaron que esa sea la posición del Ministro de Trabajo cuando en el país hay tantos compatriotas desempleados, con lo que además incentiva que se continúe violando una ley que es su responsabilidad hacer cumplir. Y tienen razón al quejarse de la incongruencia, pero eso poco altera la realidad de que se trata de una cuota que ni Monchy Fadul ni ningún otro ministro de Trabajo ha conseguido hacer respetar, y en algún momento tendremos que preguntarnos porqué y actuar en consecuencia si queremos salir del círculo vicioso en el que estamos atrapados. ¿Falta de voluntad política? ¿Complicidad con los productores y empresarios que durante décadas se han beneficiado de la mano de obra barata que proveen abundantemente nuestros empobrecidos vecinos? ¿Para proteger a la industria de la construcción, de la que el gobierno es el principal propulsor? ¿De qué sirve una ley que no es posible aplicar? Tal vez ha llegado el momento de sentarse a discutir con todos los involucrados si conviene mantener esa cuota para el sector construcción y la producción agrícola, donde la mano de obra extranjera es, hoy por hoy, determinante además de indispensable para su sostenibilidad. Aunque eso no le agrade a los sindicalistas que han criticado a Monchy Fadul, quien probablemente solo pretendía decir que el Código Laboral debe responder a la realidad del mercado que pretende regular.