Tal parece que los intensos cabildeos realizados por los jueces de la Junta Central Electoral, en un esfuerzo de última hora por convencer a los legisladores de la imperiosa necesidad de aumentar la partida asignada al tribunal de comicios, empiezan a rendir sus frutos, pues ya surgen voces en el Senado que plantean la posibilidad de atender esos apremiantes reclamos. El doctor Alejandro de los Santos, presidente de la Comisión de Industria y Comercio de la Cámara Alta, dice estar convencido de que el Proyecto de Presupuesto de Ingresos y Ley de Gastos Públicos será modificado para aumentarle la partida a la JCE, a costa nada más y nada menos que de la Secretaría de la Presidencia, a la que el legislador entiende se le asignó un monto «muy elevado» (RD$23 mil millones).

 Si los senadores también complacen a la JCE, a la que los diputados ya le aumentaron RD$500 millones, el tribunal podría estar en condiciones de cumplir con sus múltiples compromisos, entre ellos la aplicación de la controvertida Ley de Primarias, que incluye en el mismo paquete, como si de una misma oferta se tratara, la enema del voto electrónico.

Como en el Viejo Oeste

Cuentan que en la frontera ha tenido mucho éxito (por lo menos hasta ahora) la llamada «Operación Vaquero», destinada a frenar el contrabando de personas, drogas y armas, así como el trasiego de ganado robado hacia el vecino Haití, pues ha reducido a su mínima expresión una serie de actividades que, por su naturaleza, no podían pasar desapercibidas a las autoridades responsables de perseguir cualquier tipo de delito que se cometa en la zona, a menos que existiese alguna forma de complicidad, por acción u omisión, con esas mismas autoridades. No tan lejos de la frontera, estamos hablando del norte de la provincia Santo Domingo, una patrulla policial acaba de dar muerte a tiros a un hombre al que alega haber sorprendido mientras robaba ganado en una finca de la zona. No se trata, desde luego, de la «Operación Vaquero» que mantiene a soga corta a los polifacéticos contrabandistas fronterizos, pero no hay dudas de que la Policía le aplicó a ese supuesto ladrón de ganado la misma receta que en el Viejo Oeste norteamericano: a tiro limpio.

A tropezones

Una vez mas queda demostrado que cuando las cosas se quieren hacer bien se pueden hacer bien. Miles de automovilistas regresaron el pasado domingo, sin mayores contratiempos ni dificultades, desde los distintos pueblos del interior del país a donde acudieron a disfrutar de unas breves vacaciones navideñas, gracias más que nada a la decisión de las autoridades de la secretaría de Obras Públicas de solo cobrar el peaje a la salida de la ciudad, lo que evitó los infernales tapones que se producían al regresar todo el mundo, el mismo día, a la Capital. Hay que felicitar, también, a los organismos que integran la Comisión Nacional de Emergencias, sobre todo por la efectiva campaña de advertencia sobre el uso y manejo de fuegos artificiales, pues este año se reportaron menos muertes y accidentes por quemaduras que en el pasado año. Parece que vamos aprendiendo, aunque sea a costa de muchos tropezones.