Qué se dice
La pobreza inocultable

<STRONG>Qué se dice</STRONG> <BR>La pobreza inocultable

Julio Iglesias, el cantante español de gran fama que invierte en República Dominicana y tiene muy bien puestos los ojos sobre los encantos de esta tierra, no se muestra, sin embargo, ajeno a la parte de la realidad nacional que se sitúa fuera de los agradables paisajes de playa, clima excelente, y la hospitalidad criolla.

Aun confiando en el futuro de la República para sus negocios, a los que dedica buena parte del tiempo asentándose aquí, Iglesias consideró oportuno advertirnos sobre la “mucha problemática social” de este país, “donde desgraciadamente aun hay un gran subdesarrollo”. Hablando en rueda de prensa, pidió comprensión para las necesidades de “millones de personas” en referencia a los dominicanos de pobreza moderada o extrema. Cuando una figura del jet set de su categoría, que ha hecho de la buena vida un disfrute rutinario, habla en esos términos es porque sus ojos han sido duramente golpeados por las escenas de pobreza y desorden urbano y rural que aparecen por cualquier parte del territorio nacional. Después de que Julio ofreciera estas declaraciones, se dieron a conocer los resultados de un estudio que reafirma que la pobreza sigue siendo  el gran lastre que daña a una parte de la colectividad. Aún así el gobierno trató de sacar de abajo en un esfuerzo inútil para que el panorama pareciera menos sombrío; el supuesto lado positivo es la apreciación de que el empobrecimiento ha dejado de crecer en República Dominicana: es decir, nuestro único “éxito” contra ese flagelo es que la pobreza se estancó aunque la economía sigue creciendo. Ricos más ricos y pobres, siempre pobres.

El “amor” a la reelección
La demostración de “respaldo” a la reelección que antier dieron en el entorno del Palacio Nacional numerosos choferes de los taxis que el pueblo llama “pollitos” por su color amarillo puso a la vista que las aspiraciones de Leonel Fernández de quedarse en el solio va a estar creando, continuamente, condiciones para que el combustible mayor de su proyecto tenga que provenir del Erario. Los manifestantes en cuestión (tan empresarios del transporte como los otros que están de pleito con el gobierno) no disimularon su interés de que sus manos izquierdas supieran muy bien lo que estaban haciendo sus manos derechos. Al tiempo de garantizarle a Leonel que podía contar con ellos para reelegirse, esgrimieron el reclamo de que el oficialismo los salve en el acto de la inminente incautación de sus vehículos por falta de pago. El contexto planteaba, pues un dando y dando, una alternativa seductora que no suele fallar en nuestra cultura. Se puede apostar peso a cabo de túbano que la generosidad del equipo de campaña no va a desairar a la multitud choferil que decidió volverse útil al plan reeleccionista con tal de que el poder se haga cargo de sus problemas económicos.

Una vía que se pierde
La autopista 6 de Noviembre avanza arrolladoramente hacia la pérdida de funcionalidad; como vía de tránsito rápido  le queda poco tiempo, en vista de que sus bordes están siendo ocupados por todo tipo de negocios, algunos de gran envergadura. Con laterales densamente habitados, la 6 de Noviembre no podría seguir funcionando como un expreso: terminará siendo una larga arteria con características urbanas, con múltiples entradas y salidas de vehículos, cruces y estacionamientos. Actualmente un largo tramo está siendo rellanado con miles de toneladas de materiales. Allí surgirá, seguramente, una larga franja para diversas actividades productivas y comerciales. La desnaturalización  augura que los riesgos de accidentes se multiplicarán y que la facilidad de viajar hacia el sur que se pretendió instituir con la citada autopista, será cosa del pasado. Y todo porque las autoridades no han aplicado reglas ni ha obligado a los nuevos pobladores a crear un espacio razonable para no interferir con el tráfico rápido. Si el gobierno se demora en buscar  solución a este problema que ya parece inmanejable, rescatar la  6 de Noviembre costaría demasiado y habría que descartarla como vía rápida. El Estado rescató la autopista las Américas después de muchos años de abandono Pero tuvo que recurrir a una cuantiosa inversión para crear una carretera marginal para el exclusivo desenvolvimiento de los barios adyacentes. Y suprimió con un efectivo diseño arquitectónico todos los cruces. En estos momentos, la arrabalización de la 6 de Noviembre es un serio dolor de cabeza y una densa sombra sobre el futuro de la comunicación terrestre con el Sur del país.

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