QUE SE DICE
Leña al fuego

QUE SE DICE <BR>Leña al fuego

Nadie quisiera, en las presentes circunstancias, echarle más leña al fuego, pero después del anuncio hecho por el presidente Leonel Fernández en Puerto Plata, comprometiéndose a colaborar en todo lo posible con el traslado del vertedero a un lugar donde no afecte la sensible industria turística, los santiagueros tienen que ponerse las pilas a fin de encontrar la forma de involucrar al gobierno central en la solución al problema que representa el vertedero de Rafey, mucho más dramático y urgente, por sus implicaciones para la salud de la población, que el vertedero de la llamada Novia del Atlántico que tanto disgusta a turistas y hoteleros y viceversa. El síndico de Santiago, José Enrique Sued, ha dicho de todas las formas posibles que el ayuntamiento no está en capacidad de resolver un problema de esas dimensiones, por lo que hace falta que se sumen a ese esfuerzo todos los sectores de Santiago, pero sobre todo el gobierno, al que tendrán que sentarse a convencer de que no solo del turismo se vive en estos paraísos tropicales.

Estadísticas

Poca atención se le ha prestado, en la vorágine en que nos ha metido el problema de la delincuencia, a la participación haitiana en ese preocupante fenómeno, que según informaciones de que dispone la Policía Nacional es cada vez más determinante, sobre todo en Santiago y la Línea Noroeste, pues son muchos los delitos -robos, atracos y narcotráfico entre otros- en los que figuran nacionales haitianos involucrados. Ayer la Policía de Santiago reportó la muerte a tiros de dos haitianos a quienes una patrulla habría sorprendido robando en una farmacia, en lo que podría describirse, con toda propiedad, como un típico intercambio de disparos. Esos haitianos formarán parte, de ahora en adelante, de unas estadísticas a las que nadie está prestando atención a pesar de todo lo que nos están queriendo decir, nada extraño tratándose de una migración que, a pesar de las implicaciones que tiene para nuestro futuro, ni siquiera hemos sido capaces de contar bien.

El fantasma del macuteo

Si en algo están de acuerdo quienes conocen a Ellis Pérez, el eficiente director de Comunicaciones el Consorcio Aerodom, es en que algo grande debe estar sucediendo para que abandone su cómodo y discreto bajo perfil para salir a los periódicos a decir que sus socios canadienses están muy preocupados con el macuteo que ha sentado sus reales en los salones de Aduanas del aeropuerto Las Américas. No han valido las reiteradas denuncias de los periódicos, ni tampoco los frecuentes traslados de los militares que se desempeñan en esas áreas para erradicar una mala costumbre que nos deja muy mal parados ante los ojos del mundo, que no son otros que los de nuestros visitantes. Tal parecería que se trata, como bien dice Ellis Pérez, de «fantasmas» a los que nadie ve ni conoce, pero que están haciendo mucho daño a la imagen de un país que quiere ofrecer a sus visitantes, tan pronto pisan suelo dominicano, la mejor de las impresiones.

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