Mientras distintos sectores de la vida nacional, principalmente dentro de la activa y beligerante sociedad civil, se desgañitan reclamándole al gobierno acciones concretas contra la corrupción administrativa, sin que en el Palacio Macional aparezca nadie que se dé por aludido, el senador peledeísta por el Distrito Nacional, José Tomás Pérez, somete un proyecto de ley que, entre otras cosas, castigaría con prisión de tres a 12 años a los funcionarios que cometan actos de corrupción en el desempeño de sus funciones, a la vez que crea la Fiscalía Nacional Anticorrupción. Estamos hablando, como dice el famoso bolero, de líneas paralelas que nunca llegarán a encontrarse. ¡Qué pena!

Agencia libre

El licenciado Hatuey Decamps acaba de sugerirle al gobierno, desde su recién estrenada tribuna política, que negocie individualmente con los senadores cada vez que necesite apoyo para sus iniciativas, pues se trata de «agentes libres» que si bien pertenecen nominalmente al PPH tienen sus «propias decisiones y necesidades», por lo que siempre estarán dispuestos a recibir el apoyo de la todopoderosa mano del Presidente de le República para cumplir con los compromisos contraídos con su clientela política. Decamps sostiene que con un poco de «cariño» de parte del gobierno los hoy rebeldes legisladores podrían echar a un lado las hostilidades y facilitarle las cosas al gobierno, que gracias a esa atención personalizada, según la tesis de la agencia libre del fundador del Partido Revolucionario Social Demócrata, no tardaría mucho tiempo en controlar la Cámara Alta. ¿Será capaz el Poder Ejecutivo de poner a prueba la eficacia del consejo ofrecido, gratuitamente, por el licenciado Decamps?

De cal y arena

Como unas van de cal y otras de arena, hay que felicitar al jefe de la Policía Nacional, mayor general Manuel de Jesús Pérez Sánchez, por la prontitud conque ha puesto en manos de la Justicia, previo arresto y suspensión en sus funciones, a los integrantes de una patrulla y a un cabo acusados de dar muerte, en hechos separados, a dos hombres, advirtiendo que no tolerará abusos contra la ciudadanía o supuestos delincuentes que se encuentren detenidos. Pero como no hay felicidad completa, mucho menos en la llamada institución del orden, dentro de sus filas ya se está diciendo que la actitud de Pérez Sánchez ha provocado una atmósfera de desamparo entre sus miembros, que alegan sentirse poco motivados a la hora de actuar tanto en legítimas acciones de persecución de los delincuentes como en los típicos intercambios de disparos, pues automáticamente se ven envueltos en esos hechos son suspendidos y remitidos a la Justicia. Palo si boga…