QUE SE DICE
Los patos del general

QUE SE DICE <BR>Los patos del general

 El Director General de Prisiones, el general retirado Juan Ramón de la Cruz Martínez, está muy preocupado, con sobrada razón, por las amenazas de muerte que ha recibido del recluso Rolando Florián Félix, quien según el acta levantada por el fiscal actuante en la requisa de su celda dijo que se vengaría de la decisión del funcionario de despojarlo de los privilegios de que disfrutaba y decretar su posterior traslado a Najayo, aunque solo fuera matándole los patos que tiene en su finca. Lo que ha inquietado y puesto a pensar a de la Cruz Martínez, que no es hombre que se arredre por cualquier cosa, no es la amenaza en sí misma, que parece propia de un muchacho malcriado e insolente pero reducido a la impotencia, sino lo que se oculta detrás de la baladronada. ¿Cómo se enteró Florián Félix, un hombre que por su condición no puede poner un pie fuera de una celda, de algo tan personal, tan suyo, como su afición por la crianza de patos? La respuesta a esa pregunta podría poner a temblar las rodillas de cualquiera, incluído un hombre del temple del Director General de Prisiones.

Inequidades

Una estufa, un microondas, un televisor de pantalla gigante, un componente de música con dos grandes bocinas, una lavadora, un inversor, dos máquinas de hacer ejercicios, un perrito chihuahua, una computadora lab-top, tres celulares, un taladro, un aire acondicionado, una mesa de billar con todas sus bolas, una nevera, una botella de vinos, otra de vodka y un box spring. Esas son las cosas que a esta hora debe estar echando de menos, y mucho, el recluso Rolando Florián Félix, trasladado por las autoridades de la Dirección General de Prisiones a una inhóspita celda para extraditables en Najayo. Y pensar que en la isla Saona, un olvidado paraíso tropical donde residen más de dos mil compatriotas, pasan las de Caín por no poder satisfacer necesidades tan elementales como un servicio continuo de energía eléctrica y agua potable o una adecuada atención sanitaria, pues su «hospital» solo cuenta con un médico que, precisamente por eso, no puede darse el lujo de enfermarse. Definitivamente, el mundo está muy mal repartido.

Amarga experiencia

Cuentan que doña Alejandrina Germán, tan pronto asumió el cargo de secretaria de Educación, se prometió a sí misma, y así se lo confió a íntimos y allegados, que no permitiría que la Asociación Dominicana de Profesores le hiciera una huelga, por lo que estaba dispuesta a conversar con quien fuera, revisar lo que los maestros quieran las veces que deseen, aunque eso signifique dar marcha atrás a medidas que se tiene como hechos cumplidos, como el caso de las degradaciones y cancelaciones «injustas» que ha venido denunciando la ADP. Esa determinación, sin embargo, no ha sido suficiente para evitar que la funcionaria se encuentre a punto de vivir la amarga experiencia de una huelga de maestros, cuyos dirigentes se quejan de que las autoridades educativas los entretienen con promesas que luego no cumplen. Por eso es probable que doña Alejandrina esté hoy preguntándose porqué, a pesar de su empeño y buena disposición, no ha podido lograr unas relaciones razonablemente armoniosas con el gremio magisterial, interrogante que tal vez puedan responderle los directores regionales y de distrito que se han negado -atento a ellos- a cumplir los acuerdos pactados con sus dirigentes por la titular de la cartera.

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