Qué se dice: Los plátanos de Jean Alain

Qué se dice: Los plátanos de Jean Alain

Claudio Acosta

Estoy convencido de que Yeni Berenice Reynoso, directora de Persecución del Ministerio Público, es mejor fiscal que psiquiatra o sicóloga, por lo que es muy probable que su “diagnóstico” sobre el comportamiento del exprocurador General de la República Jean Alain Rodríguez no sea clínicamente correcto.

Pero responda o no a una personalidad narcisista quien guarda una mano de plátano en su caja fuerte para que la encuentren los fiscales que lo investigan por corrupción, lavado de activos y asociación de malhechores, el hecho merece un capítulo aparte en la historia de la caída estrepitosa de un funcionario de su jerarquía que a menos de un año de haber salido del cargo fue enviado a prisión.

Y así ha sido, como evidencian los memes que inundan las redes sociales, pero más allá de esas reacciones, o de cómo debe interpretarse ese intento de burlarse de sus perseguidores, es necesario decir que la casi infantil travesura le salió muy cara a su perpetrador. Según lo que informó Yenni Berenice a los periodistas a su salida de la sala de audiencias del Segundo Tribunal Colegiado del Distrito Nacional, con esa acción Jean Alain demostró que constituye un “riesgo procesal”.

Pero dejemos que sea ella misma, con sus propias palabras, que lo explique: “De una manera burlesca, porque él ya sabía que estaba siendo investigado, guardó los plátanos dentro de la caja. Ese conocimiento que él manifiesta que tenía de la investigación es un riesgo procesal, y por eso debe estar en prisión preventiva”. Y así también lo consideró la jueza Kenya Romero, que acogió la petición del Ministerio Público.

El pueblo en la calle suele decir, con tono sentencioso y fatalista, que al que está de malas todo le sale mal, y solo le queda aguantarse o resignarse. Pero en el caso particular del exprocurador General de la República, a quien acaban de “cantarle” 18 meses de prisión preventiva en la cárcel de Najayo, habría que decir que las cosas le están saliendo peor que en sus peores pesadillas.

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