La Asociación Dominicana de Profesores anda muy activa últimamente, sobre todo en el interior del país, y no precisamente en el cumplimiento de la que es su responsabilidad fundamental, por la que sus miembros reciben un salario -bueno o malo- del Estado dominicano: enseñar. Las escuelas del municipio de Consuelo, en San Pedro de Macorís, están cerradas desde el pasado lunes en demanda de la reposición de diez empleados cancelados «injustamente», así como el cese de lo que el gremio magisterial califica de «atropellos» por parte de las autoridades educativas. La profesora Marisela Fernández, presidenta del Buró Provincial de la ADP, explicó al corresponsal de este diario Iván Santana que la docencia solo será reanudada cuando el gobierno acceda a satisfacer sus demandas, y que mientras tanto han organizado una serie de actividades como parte de la «Semana del Luto Magisterial», entre las que figuran piquetes, marchas, encendidos de velas y hasta una huelga de hambre, algo que nunca debe faltar en toda «jornada de lucha» que se respete. Y todo eso está muy bien, sobre todo en un país donde existe «libertad sindical» (las comillas, con perdón de los amables lectores, son inevitables), pero alguno de esos ajetreados profesores debería explicar porqué en Consuelo no se está celebrando también «La Semana del Luto Estudiantil». ¡Abusadores!

Cosas del pasado

  El secretario general del PRD, Orlando Jorge Mera, ha descartado de plano la posibilidad de recurrir al célebre «dos y dos» que parió el genio componedor del doctor José Francisco Peña Gómez, quien siempre estuvo consciente de que en un partido donde hay tantos intereses contrapuestos hay que «pasarle la mano» a los vencidos, hacer menos dura su derrota con algún premio de consolación, evitando de paso que los vencedores se convirtiesen en una fuerza dominante, capaz de arrasar incluso con su propio liderazgo. Lo que se hará, según explicó el joven dirigente político, será compensar a los «sacrificados» con un puesto público una vez se «recojan los frutos» de la mancuerna electoral entre reformistas y perredeístas, mas o menos lo mismo que pretendía Peña Gómez con su «dos y dos» salvo el cambio en la forma de distribuir el pastel, botín o como quiera llamársele a la repartidera que organizan nuestros políticos cada cuatro años en nombre de la democracia más especial de la bolita del mundo.

Gallo ripiao

  Parece que ni el célebre gallo colorao, el histórico emblema del PRSC, saldrá ileso del acelerado proceso de «liquidación» al que ha venido siento sometido el partido dejado en herencia por el doctor Joaquín Balaguer a sus seguidores, pues los divididos reformistas, de la sombra o de la luz según el color del cristal conque se les mire, se disputan ahora su utilización en la recta final de la campaña electoral. El delegado político del PRSC en la JCE, el doctor Víctor Gómez Bergés, acaba de depositar una instancia en la que exige al tribunal de elecciones que haga cumplir la ley sobre el respeto a los símbolos partidarios, al tiempo de advertir que someterá a la justicia al PLD y al Consejo Presidencial Reformista si en un plazo de 48 horas no retiran de su propaganda electoral al gallo colorao. Ojalá que, en el tirijala, el alicaído animal no pierda las pocas plumas que le quedan.