Como estrategia de la oposición para debilitar la candidatura de Gonzalo Castillo puede tener sentido aunque no haya forma ni tiempo para medir sus resultados, pero en el mundo real, y a estas alturas del proceso, cuesta creer que la cúpula del PLD se esté planteando la posibilidad de sustituir su candidado debido a que no ha podido crecer –¡vaya novedad!– en la preferencia del electorado. En el litoral oficialista dirán, con razón, que el runrún que circula en mentideros políticos es un mayúsculo disparate, pero en el fin de semana el coordinador general de la campaña de Luis Abinader, Roberto Fulcar, aseguró, como quien tiene los pelos de la burra en las manos, que miembros del Comité Político han estado realizando consultas legales con el propósito de presentar argumentos que sustenten jurídicamente, ante la JCE, el cambio de candidatura. ¿Quién sustituiría al exministro de Obras Públicas? El dirigente perremeísta no lo dijo, pero se cae de la mata que sería la doctora Margarita Cedeño, su candidata a la Vicepresidencia, que no solo golosea, desde hace tiempo, esa candidatura, sino que también la pidió públicamente cuando se atrevió a proclamar que con ella como candidata sería un “ganar-ganar”. ¿Se han detenido a pensar, quienes propalan ese rumor o los que en el PLD se estarían planteando esa posibilidad, en las implicaciones de una decisión de esa naturaleza faltando poco mas de un mes para los comicios? No debe nunca olvidarse que del triunfo de su Penco Candidato se responsabilizó, personalmente, el presidente Danilo Medina, quien puso todos sus huevos en esa canasta sin reparar en que, al hacerlo de esa manera y en las circunstancias de todos conocidas, convertía su eventual derrota en una espada de Damocles que gravita amenazadoramente sobre su liderazgo, por lo que no sería exagerado afirmar que su sustitución, por las razones señaladas, sería sencillamente mortal.