Qué se dice
¿Por dónde empezar?

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Si el gobierno toma en serio la guerra que le acaba de declarar al robo de energía eléctrica, si ciertamente se tratará como a “delincuentes” -como los llamó el presidente Fernández- a quienes sean sorprendidos en esa práctica, tendrá entonces que apurar el paso con la cacareada reforma penitenciaria, por lo menos en lo que se refiere a la construcción de nuevos y más modernos recintos, si quiere encontrar espacio donde alojar a tantos ladrones eléctricos -grandes y chiquitos- que andan por ahí haciendo de las suyas. Pero el verdadero problema que enfrentarán, a no dudarlo, los cruzados contra el robo eléctrico será por dónde empezar tan difícil encomienda. ¿Por los ricos y poderosos, los que mas roban energía pero también los más difíciles de obligar, por razones obvias, a respetar la ley? ¿Por los pobres y desheredados de la fortuna, los famosos barrios carenciados, a muchos de los cuales no es posible entrar a cobrar sino es acompañado de la unidad Swatt de la Policía?

Lo que nada nos cuesta…

  El peaje La Vega-Santiago, construido a un costo superior a los 30 millones de pesos por el anterior gobierno, es otro patente ejemplo de la forma alegre e irresponsable como se invierten los recursos públicos, sin ningún tipo de planificación o estudio que determine su pertinencia o necesidad. Para colmo el gobierno peledeísta, que encontró la obra solo pendiente de los detalles finales, ha decidido no darle uso, pues el presidente Fernández no quiere que se cargue con nuevos impuestos a la población. Eso significa, simple y sencillamente, tirar al zafacón todo lo invertido, y de paso convertir ese peaje en otra ruina moderna mas de las tantas que pueblan nuestra tercermundista geografía. Residentes en La Penda, en los alrededores del peaje, sugieren a las autoridades que lo pongan a funcionar y que lo recaudado se utilice para atender sus necesidades, una idea que pueder ser discutida y hasta rechazada por mucha gente pero que resulta mas sensata que dejar esa obra en el abandono después de que se contrajo un préstamo internacional para levantarla.

Frustración

  Barrio Seguro sigue creciendo, para beneplácito de sus beneficiarios, pues muy pronto se sumarán otros 16 barrios al Plan de Seguridad Democrática que lo auspicia, según anunció ayer la secretaría de Interior y Policía. Eso quiere decir que las juntas de vecinos y organizaciones comunitarias de los nuevos sectores a ser beneficiados deberán reunirse con las autoridades a fin de pasar revista a sus principales problemas y necesidades, pues no solo la inseguridad ciudadana y la delincuencia los mortifican. Pero si bien la idea de integrar a las organizaciones comunitarias a la implementación de Barrio Seguro ha servido para poner al día el inventario de problemas de esos barrios también para llenar de frustración a sus dirigentes, que han visto como después de muchos encuentros, reuniones y promesas todo se ha vuelto sal y agua, pues a la hora de la verdad solo la Policía Nacional ha dado la cara.

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