QUE SE DICE
Preguntas pendientes

QUE SE DICE <BR>Preguntas pendientes

La Policía Nacional acaba de ofrecer su versión oficial de los hechos en los que se vio envuelto en Bonao Luis Medrano. Ciertamente se trató de una «confusión» lo que en principio se creyó era un intento de secuestro del empresario artístico, a quien se quiso apresar al confundirlo con un hombre buscado por estafa según explica una nota divulgada por la institución del orden, que informó también que ya interrogó a tres civiles, varios oficiales del Ejército, un oficial y dos alistados de la Policía como parte de las investigaciones que realiza una comisión especial designada por la jefatura para aclarar el confuso incidente. Quedan, sin embargo, un par de interrogantes en el aire, no respondidas de manera satisfactoria por el escueto comunicado policial. Si se trataba, como se explica, de una simple confusión, ¿por qué no se le aclaró al señor Medrano, una vez en el cuartel, que todo era un lamentable error, para que el empresario no se viera obligado a convocar al día siguiente una rueda de prensa para pedir explicaciones públicas a las autoridades de lo sucedido? ¿Por qué fue una patrulla mixta, integrada por policías y militares, la que intentó realizar un apresamiento competencia del Departamento de Investigaciones de Crímenes y Delitos? Ojalá que, en esta oportunidad al menos, preguntas traigan respuestas.

Especialidades criollas

Este es un país tan especial -¿hace falta vivirlo repitiendo?- que ni siquiera dos de los más conspicuos luchadores por el respeto a los derechos humanos y las libertades individuales, pertenecientes para más señas al mismo organismo, pueden ponerse de acuerdo en un asunto que, por su naturaleza, no debería ser motivo de discrepancias, pues en materia de derechos humanos es muy fácil separar lo blanco de lo negro, lo que está bien de lo que está mal: las redadas masivas e indiscriminadas que realiza la Policía Nacional en los barrios a la caza de supuestos delincuentes. Manuel María Mercedes, presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, rechaza «categóricamente» un método que ha demostrado hasta la saciedad que no resuelve el problema de la delincuencia y que sí vulnera los derechos de quienes residen en esos barrios, en tanto el doctor Porfirio Rojas Nina, Alto Comisionado del mismo organismo, las favorece, pues entiende que no es posible que la gente decente tenga que abandonar sus casas para poder escapar al acoso insufrible de los delincuentes. El que sepa de mondongo, como dice un refrán injustamente olvidado, que desenrede esa tripa.

Butacamanía

No se trata, Dios nos libre, de una nueva enfermedad, pero sí de una curiosa coincidencia a la que ojalá seamos capaces de encontrarle explicación. Otra vez ha vuelto a ser noticia en Santiago el hallazgo, esta vez ocultas en un almacén en Gurabo, de miles de butacas presumiblemente sustraídas o desviadas de la secretaría de Educación durante la pasada administración. Por el hecho son interrogados, según reseñan las crónicas periodísticas, el propietario del almacén donde estaban ocultas y otras dos personas, no solo para determinar sus niveles de responsabilidad en estos hechos sino con otros dos hallazgos de mobiliario escolar hace algunos meses en comunidades rurales de Santiago, en los que las autoridades ocuparon miles de butacas y pizarrones ocultos, muchos de ellos en una antigua y maloliente granja avícola. Los días por venir dirán en qué terminan las investigaciones que encaminan las autoridades del Ministerio Público, que a pesar de su empeño difícilmente puedan explicarle al país las razones de la amarga paradoja: mientras miles de butacas se pudren ocultas en un almacén clandestino, en muchas de nuestras escuelas los niños no tienen ni siquiera en qué sentarse.

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