La oleada de expresiones de rechazo a la aprobación de la ley de Lemas, o como prefieran llamarle, prosigue su agitado curso. Ayer se sumaron al coro las asociaciones empresariales de Santiago y la región Norte, preocupadas por lo que describen como «un peligro para la gobernabilidad». En un documento público que firman los presidentes de las asociaciones de comerciantes, industriales, zonas francas y producción se advierte que pretender cambiar las reglas de juego, faltando apenas tres meses para las elecciones presidenciales, constituye una amenaza para la integridad misma de nuestra democracia. Esas preocupaciones, sin embargo, no parecen robarle el sueño a los jueces de la Junta Central Electoral, a quienes ha faltado, ante la perturbadora amenaza que se gesta en el Congreso Nacional, la firmeza que habría de esperarse en gente que se supone consciente de la enorme responsabilidad que se ha puesto sobre sus hombros.

Bajo observación

El movimiento cívico Participación Ciudadana inició ya el reclutamiento, en una campaña que abarca a todo el país, de los seis mil voluntarios que serán entrenados para desempeñar la delicada tarea de observadores en los colegios electorales, un esfuerzo de supervisión que según su director ejecutivo, Javier Cabreja, contribuirá a rodear de mayor transparencia el proceso electoral de mayo próximo. A esa gran jornada cívica han sido invitados, igualmente, los organismos internacionales que tienen comisiones de observadores registradas ante la Junta Central Electoral, como la Organización de Estados Americanos (OEA), la Fundación Internacional para Sistemas Electorales (IFES), el Centro de Asesoría y Promoción Electoral Latinoamericana (CAPEL) y la Fundación Instituto Nacional Demócrata, del ex presidente norteamericano Jimmy Carter. Serán demasiados los ojos que estarán atentos a lo que ocurra aquí el 16 de mayo, cuando se celebre, como cada cuatro años, la gran fiesta de la democracia dominicana. Ojalá no lo olvidemos.

Dilemas perredeístas

O aceptan la reelección, o se van a la oposición. He ahí el dilema al que están enfrentados, según el ingeniero Eligio Jáquez, los perredeístas que se oponen a sangre y fuego a la repostulación del presidente Mejía, sin duda los mismos que han convertido la Casa Nacional en el último reducto de los que dicen defender, en nombre del doctor José Francisco Peña Gómez, los principios doctrinarios de toda la vida del partido del jacho prendío. Felipa Gómez y su gente, según el coordinador del PPH, se resiste a entender que todo ha cambiado, que son otros los vientos que soplan en el Partido Revolucionario Dominicano. Falta saber ahora lo que opina la otrora Chica Terremoto, quien ha vuelto a vivir, gracias a esta nueva crisis divisionista, emociones que creyó perdidas en un pasado con olor a pólvora y revolución.