Era previsible, porque así ha ocurrido cada vez que desde el Gobierno se han dado señales de flexibilización de las restricciones a que obliga la pandemia, que el inicio de la desescalada fuera interpretado por buena parte de la población como que ya pasó el peligro, que no hace falta mantener el protocolo de distanciamiento físico y el uso de mascarillas, que hasta ahora son, junto a las vacunas, las armas mas eficaces para enfrentar el virus.

Ese relajamiento, que este fin de semana pudo comprobar cualquiera que haya visitado un colmadón, mortifica al presidente del Colegio Médico Dominicano (CMD), el doctor Waldo Ariel Suero, y no es para menos. “La gran preocupación del CMD es que, como consecuencia de la disminución de las medidas de seguridad, aunado a la virtual eliminación del toque de queda, se pueda presentar dentro de unas semanas un nuevo rebrote que impacte la salud de la población y esto el Gobierno no lo puede permitir”.

Para remachar, el presidente del CMD advirtió que la pandemia del covid-19 está muy lejos de terminar, y que existen variantes del virus mas agresivas como es el caso de la variante Delta, lo que se agrava con el hecho de que todavía una gran parte de la población no se ha vacunado ni siquiera con la primera dosis.

La tarea de convencer a esa gente de que se inmunice por su propio bien y de los suyos se tornará mucho mas difícil y complicada luego de iniciarse la desescalada, que mañana entra en su tercera fase, donde el toque de queda y demás restricciones prácticamente desaparecen. Pero el Gobierno no puede, ahora que alcanzamos a ver un poco de luz al final del largo túnel, renunciar a esa tarea por mas difícil y complicada que parezca, pues nos estamos jugando todo lo que se ha avanzado hasta este momento, que no es poco, y también todo lo que se ha gastado para llegar hasta donde nos encontramos, que es sencillamente demasiado.