El otorgamiento masivo de pensiones que formó parte de la despedida del gobierno de Hipólito Mejía podría ser considerado, a simple vista, como una mezcla de arroz con mango, pues alguna gente de la que aparece en las listas está todavía en la fase productiva de sus vidas, exhibiendo vigor y salud. A mas de que en varios casos no parece razonable que el fisco dominicano, flaco y recargado, tenga que destinar fondos para asistirles si de hecho deja de cubrir en estos momentos algunas de sus obligaciones para con otros ciudadanos en situación de extrema necesidad. En este país hay que fijar normas para que las pensiones siempre se otorguen de manera justa. Es decir: que quienes las reciben tengan indiscutibles méritos y necesidades y que preferiblemente- se trate de personas que prestaron largos servicios a la nación a través del Estado o no. Lo del arroz con mango viene al caso porque en las muchas pensiones de ahora días están mezclados mansos y cimarrones: Unos cuantos infelices entre nombres de jorocones.
AGUARON LA FIESTA
La tendencia a la baja que se venía manifestando desde el 16 de mayo pasado en la prima del dólar era un proceso alentador que duró hasta antier. Todavía el grueso de sus benéficos efectos no se había sentido, aunque artículos tan útiles en estos tiempos como las computadoras experimentaron disminuciones de precios. La gran esperanza de esta semana era que el peso seguiría apreciándose en forma lenta pero firme y por lo que se sabe, importantes sectores del comercio importador tenían todo listo para lanzarse a una ofensiva publicitaria por todos los medios de comunicación, para reactivar sus ventas atrayendo compradores con precios rebajados en función de la tendencia a la baja del dólar, algo que, definitivamente hace mucha falta en esta economía. De buenas a primeras, la dichosa prima vuelve a su nociva escalada. Ahora renacen las frustraciones porque está claro y es definitivo que los niveles de devaluación que se manifiestan constriñen el consumo, disminuyen la calidad de vida; frustran múltiples actividades productivas y oscurecen el panorama.
VIENEN MÁS CERVEZAS
Los impuestos a la cerveza están considerados como los más productivos para el fisco, y los fabricantes locales calculan que en el año 2005 el selectivo al consumo que se les aplica, más lo que aportan las otras bebidas alcohólicas representarán RD$4,000 millones de pesos adicionales en contribuciones. Eso, al margen de que el mercado cervecero dominicano está en el umbral de una expansión con la presencia, en proceso de instalación, de un gigante brasileño que adquirió a la Embotelladora Dominicana y que es actualmente, la segunda productora de cerveza más grande del mundo. Sépase que para lanzarse a conquistar consumidores dominicanos, los brasileños van a entrar con una amplia oferta de sus marcas internacionales, algunas de las cuales en nada se parecen a lo que aquí se conoce. Es lógico suponer que el consumo de cerveza crecerá desde el 2005 a un ritmo mayor que hasta ahora.