Como si se tratara, literalmente, de una señal del cielo anunciando tiempos más propicios, cuentan que tan pronto se dio a conocer la integración de una comisión del gobierno que evaluará, junto a las autoridades municipales, la situación del vertedero de Rafey y la posible solución a la contaminación que provoca, un cambio repentino de viento alejó -momentáneamente, desde luego- el pestilente humo que arropa y asfixia a Santiago de los Caballeros, concediéndole un respiro a sus desesperados habitantes. La decisión del gobierno de ir en auxilio de los santiagueros viene a sumarse a la decisión de instituciones empresariales, académicas y comunitarias de esa provincia de reunir voluntades para plantarle cara a un problema que constituye una amenaza para la salud pública, poniendo en práctica la bíblica enseñanza que dice ayúdate que yo te ayudaré. En este caso, para variar, la milagrosa ayuda vendrá del gobierno central, que tendría así la oportunidad -dicho sea sin mucho apuro- de poner a prueba la gratitud de una Ciudad Corazón libre de contaminación y malos olores en las elecciones congresionales y municipales del año que viene.

Haciendo cálculos

El licenciado Julio Ortega Tous, asesor económico del Poder Ejecutivo, ha tenido la amabilidad de recordarle al país, sobre todo a los que se oponen a la construcción del Metro de Santo Domingo, que solo en subsidio al sector eléctrico, consignado en el presupuesto de este año, y en el salvamento de los bancos quebrados se gastó ocho veces la cantidad que se estima costaría esa magna obra. El funcionario no dijo, probablemente porque a nadie se le ocurrió preguntárselo, cuántos hospitales, modernos y bien equipados, podrían construirse con esa astronómica suma, o cuántas viviendas, económicas y funcionales, podrían levantarse con esos recursos en un país donde tener un techo propio sigue siendo un sueño imposible de cumplir para la inmensa mayoría de sus ciudadanos. No hace falta, empero, ser un calificado asesor presidencial para estar en capacidad de decir que este sería una República Dominicana muy distinta, y mucho más moderna, si esos recursos se hubieran invertido en salud y educación en lugar de tirarlos por el desaguadero.

Arroz con mango

Los que tuvieron la oportunidad de ver, en un noticiero de televisión, a los abogados del ex capitán del Ejército Nacional Quirino Paulino Castilllo, acusado de narcotráfico, y el fiscal del Distrito Nacional discutiendo delante de las cámaras la forma más conveniente de comercializar los más de 40 mil quintales de arroz incautados al imputado en una factoría que posee en Elías Piña, debieron sentirse un tanto desconcertados. Se trata, sin embargo, de las nuevas atribuciones que otorga el nuevo Código Procesal Penal al Ministerio Público, responsable de la preservación y custodia de los bienes de Paulino Castillo. Por eso nadie debe extrañarse si uno de estos días se tropieza con el doctor José Hernández Peguero, o con cualquiera de sus ayudantes, mientras supervisa la venta de cereal que se acordó hacer semana tras semana hasta agotar las existencias, una tarea que se ha comprometido a realizar con toda la transparencia que aconsejan las circunstancias.